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Su respuesta y sus acciones la volvierona hacer sonreir. Se dejó acurrucar en su pecho mientras se calmaba lentamente. Aquella posición le parecía reconfortante después de todo.

Al notar sus labios sobre su cabeza la volvió a elevar para mirarle a la cara. Se encontraba serio lo que volvió a hacerla sentir algo de curiosa. Sin embargo esta vez no dijo nada.

Rodeó la espalda de Kousen con sus brazos correspondiendo su abrazo de manera cariñosa

-¿Suficiente...? Apenas sabes mi nombre... - dijo mirándole a los ojos

Su mirada mostraba un brillo curioso acompañado de una mirada perspicaz. No sólo tenía curiosidad por su repentina expresión seria, sino también por su poder... ¿Qué sería lo que sabía?

Por lo visto el exshinigami se había dado cuenta de su curiosidad y había respondido de forma divertida. Su respuesta la hizo reír por lo bajo, sintiéndose algo tonta por haber alvergado esperanza en algún extraño poder.

Su segunda frase la hizo suspirar. Por lo visto Kousen la veía como un pequeño ser adorable y poco peligroso. Sonrió de manera tímida cerrando un instante los ojos, momento en el que Kousen se acercó a ella. Notó su respiración bastante cerca pero al abrir los ojos el vizard volvía a encontrarse en su sitio.

Colocó una mano cerca de su boca para mirarle con una mirada tierna

-¿Adorable...? - preguntó con una vocecilla con un tono infantil

Apartó la mano de su cara para volver a abrazarle mientras seguía mirándole con una sonrisa

-La humanidad es aburrida... - pensó en voz alta

Aquella chica... le hacia sentirse lleno de energía y de felicidad. Sin duda ella albergaba un poder quizás tan poderoso como el suyo pero inmensamente maravilloso. Soltó una risilla delante su voz infantil. - Adorable es poco... - sonrió enseñando sus blancos dientes - eres tan divertida... y tu aroma embriaga -

Lentamente subió sus manos para acariciarle el rostro a la par que su vista no se separaba de sus ojos. Acarició sus pómulos y labios pues es lo más que se permitía hacer. Sabia que aunque se cayeran bien mutuamente quizás esto no sería lo deseado por la albhed. - Suerte que los humanos me divierten - murmuró este.

Escuchaba sus palabras derritiéndose lentamente. Kousen la hacía sentirse tan bien que hasta le costaba hablar con fluidez. Al notar sus manos acariciando su cara llevó sus lamos para alcanzarlas, sosteniéndolas con cariño y cerrando los ojos para disfrutar el momento.

-Kousen-san... Eres increíble... - murmuró con una sonrisa

Volvió a abrir los ojos para mirarle divertida a la par que extrañada. ¿Le divertían los humanos...? No pudo evitar reír por lo bajo.

-¿Cómo es eso posible...? Los humanos somos realmente aburridos... y delicados...

Su voz sonó algo más triste al mencionar la última palabra, que aunque desagradable, era la que tenía más presente. Suspuró y recordó a Dante durante un segundo para después agitar la cabeza eliminando esos pensamientos. Volvió a mirarle con una sonrisilla

Volvió a sonrojarse sin poder evitarlo mientras observaba a Kousen con expresión de asombro. De verdad el chico que tenía en frente la fascinaba. ¿Cómo era capaz de decir todas esas cosas siendo alguien que verdaderamente se encontraba por encima de ella?

Su expresión se volvió algo sombría al volver a ver a Dante en su mente, haciéndola apartarse o reprochándole el mero hecho de ser una simple humana débil y delicada. Bufó por lo bajo para volver a sonreír al vizard para así ver su expresión y poder perderse en su mirada.

-¿Impresionantes...? - repitió de forma curiosa - ¿Qué te hace pensar eso?

Lentamente comenzó a juguetear con los dedos de ambos mientras seguía observándole con suma curiosidad

Vio el cambió de color de las mejillas de ella. Estas cada vez atraían más al vizard, como si fueran una droga. Por el momento, podía aguantar el desafió que representaba controlar su ser y no rendirse a los deseos de la mujer. Como decía el proverbio, mejor prever que curar y este no quería dañar en absoluto a su acompañante.

Pudo ver un cambió en su expresión, volviéndose esta sombría por unos instantes. El joven se hizo una idea de lo que podía pensar la albhed. Seguramente estaría pensando en su novio o marido y aunque fuera descortés por su parte, no se iba a privar de su compañía puesto que era lo único que lo mantenía atado en aquel lugar.

Volvió a sonreír y lo mismo hizo él. Mas correspondió al jugueteo de dedos de sus manos con los de ella haciéndole sentir algo parecido al júbilo. Escucho sus palabras y no necesitó mucho tiempo para susurrarle una respuesta - Los humanos, son únicos pues cada uno es diferente y sorprendente por el mismo. El orgullo, el honor, el miedo, la venganza... - hubo una pausa en la que acerco su cabeza a la de ella hasta volver a tocar una vez más nariz con nariz sin desvanecer su sonrisa. - Aunque... me intrigas en especial... eres... muy hermosa -

Su explicación la dejó con la boca abierta durante unos instantes. Por lo visto era algo que tenía claro... o algo más que eso. Su expresión se tornó en una sonrisilla al notar el contacto de su nariz volver a fijar la vista en él.

Sonrió de medio labio mientras escuchaba sus palabras mientras su interior seguía debatiéndose. La parte que había sucumbido ante sus encantos seguía deshaciéndose lentamente mientras la pequeña minoría iba cayendo momento a momento.

Sus mejillas dejaron al descubierto un nuevo sonrojo mientras volvía a observar su cara de abajo arriba para volver a frenar en sus ojos. Perdiéndose en su mirada mientras ponía una expresión algo bobalicona de forma momentánea, buscando algo de lucidez en sus pensamientos.

-Exageras... - susurró

Al darse cuenta de la mirada que estaba echándole trató de girarla, dirigiéndolas a sus manos, observando sus dedos de forma cariñosa.

Al escuchar su disculpa le miró desconcertada. Se había apartado de ella sin ningún motivo. ¿Qué habría malinterpretado?

Se ruborizó levemente y negó lo más rápido que pudo con la cabeza

-N-no tienes que disculparte... Es más... no entiendo por qué lo haces...

Su mirada se había vuelto a bajar hacia sus manos para después dirigirse a él algo preocupada y desilusionada.

Al volver a escucharle hablar respiró hondo, creyendo que volvería a ser algún leve cambio de humor de los que había tenido con anterioridad. A pesar de su seriedad volvió a mirarle con ojos sinceros y preocupados mientras escuchaba sus palabras sonrojándose de forma paulatina.

Sin poder evitarlo le abrazó acurrucándose en su pecho levemente

-Sólo tú me ves así... - murmuró antes de volver a mirarle de refilón

Sus palabras la hicieron sonrojar. Levantó la vista para encontrarse con su cara, acercándose lentamente hacia ella. Su sonrojo se mantuvo estático mientras que su corazón latía cada vez con más fuerza. Su mente apenas podía pensar en nada más que "hazlo". Esa palabra se repetía una y otra vez en su mente hasta que de repente el exshinigami dejó de avanzar.

La chica tomó aire mirando a los ojos de él por un instante. Su mente seguía gritándole y tras un último "hazlo", cerró los ojos con suavidad a la vez que atraía al vizard hacia sus labios tirándo de forma suave de su túnica.

Ya el pecado estaba hecho. Al abrir los ojos su sonrojo comenzó a aumentar. Le soltó lentamente mientras daba algunos pasos atrás

-Y-yo... ¡lo siento! De verdad que...

Al apartarse el exshinigami volvió a acercarse a ella, la cogió del brazo por lo que ella cerró los ojos con fuerza, esperando una reprimenda o algo por el estilo sin embargo lo que obtuvo fue algo bastante diferente. Abrió los ojos para mirar a Kousen a los ojos desde el calor de su abrazo.

Al hablar lentamente se sintió reconfortada. Sonrió de forma sincera y se acurrucó en él tratando de entender todas las palabras que le había dicho. Las repitió en su mente hasta que les encontró significado.

*Estuvo bien...* - repitió mirando a Kousen de refilón

Su mente había callado completamente, apenas pensaba con claridad. Al encontrarse con sus ojos nuevamente llevó su mano derecha al encuentro con su mejilla. No podía decir nada, ya que sus pensamientos no llegaban a ello, simplemente se sentía feliz y nerviosa

No se esperaba que repitiera sus palabras y rio cuando oyo las mismas saliendo de la boca de la albhed. Intento retener dichas palabras en su mente, mas que por su significado por la magnifica voz de la chica. Ladeó su cabeza para besar suavemente su mano repetidas veces.

Cerro los ojos cuando se agacho para recostarse estirado en el tronco de un arbol situado detras de ambos. Con su otro brazo en la cadera de Rikku, la había acompañado a ponerse encima de él y este la abrazo con ternura. Empezó a acariciar la espalda de la misma con suma delicadeza y devoción. - sabia que eras especial - fue un susurro, pues no necesitaba nada más para que le oyera. El vizard se encontraba cautivado totalmente por la albhed.


Off//

Buenas noches, cuidate

Su sonrojo había empezado a bajar perio subió alguna tonalidad cuando el vizard ladeó la cara para besarle la mano. Simplemente se quedó mirándole con expresión bobalicona hasta que este se sentó apoyándose en un árbol.

Dudó un poco en si sentarse sobre él o no, pero finalmente decidió dejarse guiar por sus instintos. Al quedar encima de él se acurrucó levemente sobre su pecho mientras le miraba con el rabillo del ojo.

Sus palabras la hicieron volver a hacer ruborizar. Seguía sin entender qué le encontraba de especial pero no pudo demostrar su curiosidad, ya que no encontraba las palabras.

La noche se había vuelto bastante fría, pero el estar sobre el exshinigami, sintiendo sus caricias hacían que apenas reparara en ello. Lentamente sus ojos se fueron cerrando hasta que cayó en un profundo sueño.

-Gomen... nasai...

OFF: Buenas noches~

La albhed se durmió acurrucada en su pecho, sin embargo él no necesitaba dormir por lo que simplemente la abrazó en un ademán protector para que no sintiera tanto frio y como si fuera lo más normal y divertido de toda su existencia se puso a juguetear con el pelo de esta.

Jugueteaba sin parar, enredandolo y desenredandolo sin cansarse. Simplemente le daba más diversión eso que cualquier alternativa. En esto, hacerco su cabeza a la oreja de la chica para susurrarle - Te quiero - Tras esto volvió a apoyar su cabeza contra el tronco del arbol y la contemplo mientras ella dormia placidamente.

La luz del sol comenzaba a reflejarse sobre el rostro de los presentes. Una brisa mañanera se abrió paso por el cálido abrazo del exshinigami haciendo que llegara al cuerpo de la chica. Sintió un escalofrío un tanto exagerado a la vez que abría los ojos algo desorientada

-Donde... es... ¿Toy?

Había elevado la cabeza hasta encontrarse con los ojos del vizars. Sus recuerdos volvieron a ella en una ráfaga de imágenes haciendo que se empezara a poner roja lentamente.

*Es verdad... ¡Me quedé dormida!*

En un impulso se quedó estática mirando hacia alante, tratando de hacer despertar a su cerebro para que la ayudara a pensar, sin embargo la atracción que los ojos del chico producía en ella era mucho más fuerte y como una mariposa que se deja cautivar por una hermosa flor volvió a observar esos maravillosos y profundos ojos con una expresión bastante más calmada

-Gomen... Creo que me he quedado dormida... - murmuró rascándose la sien

La albhed al fin desperto y al mirarle se sonrojo cosa que hizo sonreir al vizard que dejo de juguetear con su pelo para acariciarle los pomulos. Esta seguia mirandole pero su mirada no causaba molestia alguna en él, mas parecia complacerle o incluso darle curiosidad.

- La blancanieves ha despertado - dijo en respuesta a su murmuro recordando el viejo cuento humano. Respiro hondo para embrigarse del aroma de ella a la par que un dedo acariciaba los labios de la albhed. - No fue un sueño, no - murmuro en tono infantil

Al escuchar sobre el cuento rió por lo bajo de forma infantil, bajando un poco la mirada. El contacto de sus manos la hizo llevar una de las suyas a su encuentro y volver a mirarle con dulzura.

Su segunda afirmación la hizo volver a sonrojarse por completo. Miró un segundo a un lado respirando hondo para así hacer bajar algo su sonrojo, ya que ella misma era capaz de notar el calor que emanaba. Al sentir su sonrojo algo más suave volvió a mirarle con expresión cariñosa, pero algo entristecida

-Gomen... No debí hacerlo... - repitió algo avergonzada

Acercó su mano libre a su otra mano entrelazando los dedos de ambos mientras se dejaba perder en sus ojos

Su sonrisa se acentuó por los cambios de la albhed. Se sonrojaba y luego intentaba bajarlo para luego mirarle cariñosamente otra vez a los ojos. Si no hubieran sido por sus palabras, juraria que qualquier cosa que fuera a decir el vizard la haria sonrojar.

Debido a sus palabras su rostro mostro un completo desconcierto, no entendia porque decia eso si luego le miraba y le trataba de esa forma. Quizás fuera una especie de codigo para los humanos reflexiono en aquel momento. - No - murmuro a la par que jugaba con los dedos de la albhed cuya mano se encontraba entrelazada con la suya.

Lentamente, hacerco sus labios a los de ella para presionarlos suavemente sobra la superficie de sus labios perfectos para luego volver a murmurar - no me arrepiento -

Al su cara de desconcierto bajó la mirada, centrándola en sus manos, corespondiendo el jugueteo de sus dedos. Fue entonces cuando escuchó aquella palabra: no.

Alzó de nuevo la vista bastante desconcertada antes de darse cuenta de que volvía a besarla. No opuso ningún tipo de resistencia sin embargo no dejó de mirarle durante todo ese momento. Las palabras que dijo después la hicieron ruborizar de nuevo levemente.

En un impulso volvió a acercar sus labios a los de él, pero no se atrevió a tocarlos. Su mente salió de repente del trance, o al menos una parte de ella.

*Estás haciendo exactamente lo que él hizo...* - le susurró su mente

Notó un nudo en el estómago pero no cambió su expresión ni se movió lo más mínimo mientras observaba sus labios con total anhelo

Otra vez se ruborizo la albhed haciendo que él se sonrojara levemente. Los labios de ella se acercaron a camara lenta pero se detuvieron antes de tocar los de él.

Este paso sus brazos con delicadeza y suavidad por detras del cuerpo de la albhed para abrazarla estrechamente y poner sus labios sobre los de ella. No se aturo ahi, los labios de él empezar a seguir el contorno de los de la albhed alargando asi la durada del beso. Sus ojos se encontraban cerrados y su cuerpo se abandonaba al uso de los otros sentidos experimentando una cálida sensación de amor. El vizard, parecia echizado por la chica y cuando sus labios se separaron y abrió los ojos fue como si volviera a ver por primera vez a Rikku, siendo para él más brillante que el mismisimo sol.