Hogar de Morgana

Él abrilo los ojos y pude volver a ver. Sus dudas... Sus miedos... Por qué ese chico tenía tanto miedo? Y miedo a qué, a los cambios? A descubrir quién era en realidad? Hacía unas horas, abajo, en el salón, había visto en sus ojos quién era en realidad: un chico asustado, triste y abandonado. Y yo quería ayudarle apenas conociéndole...

Lo más extraño era que él no quería que yo sufriera. Le respondí lo mismo, pero entonces fue cuando abrió los ojos y vi sus dudas. Acaso nunca nadie se había preocupado de él?

Me acerqué un poco más a él, buscando su calor corporal; aún tenía frío. De las yemas de los dedos posé la palma de la mano en su mejilla, intentando confortarlo de alguna manera.

-Seguramente por la misma razón que tú- le respondí, sin dejar de mirarlo a los ojos.

No sabía qué hacer, ese chico tenía tantas heridas... pero, si era posible, intentaría ayudarle a sanarlas.

-Nunca te haría daño, Dalmar.

Sus frias palmas fueron como hielo en una rotura. Fue como si la la mente del uchiha reciviera una fria ducha. Sus palabras fueron, solo un aliciente.

Su mente quedo en suspension, sin saber que pensar... fue como si su sistema nervioso se hubiera resetado. Llego a una nueva conclusion, estaba harto de ese sentimiento que sentia hacia la mujer. Tenia miedo de lo que la confianza le podia llegar a dañar.

Fuera como fuere, el ya habia sufrido bastante. No merecia un descanso? Era ese descanso la mujer? O quizas era solo una prueva mas para provar su odio infinito? Por el momento, solo habia conseguido una cosa. Tener miedo y ese miedo aumentaba el odio hacia lo desconocido y hacia lo que el no tenia bajo control.

Asi solo pruevo que mi camino hacia Dios esta vetado por mi... Que podria hacer?

- Que puedo hacer?

Su mente habia salido por la boca, sin mas dilacion. El uchiha se levanto, rompiendo cualquier tipo de contacto con la mujer y se dirigio a la ventana. Que hacia? Era irracional, pero y si hubiese sido todo una trampa?

- No deberia haber venido

Sus ojos cambiaron de pronto. Qué había hecho? Volvió a llenarse de dudas, sospechaba de mí, desconfiaba de mí.

-Qué puedo hacer?- preguntó.

No sabía a qué se refería; posiblemente había pensado en voz alta. Vi tantas dudas y tanto miedo en su mirada... Volvió a pensar en su dolor.

Cuando se levantó, cerré los ojos. Mi cara no reflejaba sentimiento alguno, pero sentía pena y dolor. Se dirgió a la ventana.

-No debería haber venido- dijo él.

Algo en mi interior se rompió entonces. Qué había hecho mal? Por qué ese joven me odiaba? Por qué tantos cambios de humor?

Pero también tenía mis dudas acerca de qué sentía yo en esos instantes. Estaba acostumbrada a que la gente huyera de mí, me despreciara, me evitara... Sólo hubo una persona que quiso conocerme, y había muerto... Sería el destino? Las personas que quisieran estar a mi lado morían siempre?

Murieron todos: mi madre, mi padre, mi hermano, Lawrence... sólo por preocuparse por mí.

Me senté en la cama sacando los pies y me quedé así, con la cabeza gacha, sin mirarlo a él. No le culpaba por querer alejarse de mí. Era lo correcto. Pero, por qué me dolía?

-Como usted quiera... sr. Uchiha.

Apoyé los codos en mis rodillas y me llevé las manos a la cabeza, cerrando fuertemente los ojos en un gesto de dolor que él no vería, pues mi pelo me ocultaba la cara.

- Cobarde...

- Crei que era eso lo que querias

- No, solo que la mates

- Sabes que no lo hare

- Pues no huyas

- Que?

- Porque huyes?

- Debo hacerlo

- sabes ke no

- no querias que la matase?

- Solo que busco ser mas fuerte que tu

- asi... ?

- Asi que supera tus miedos o te matare

- ...

Era eso? Solo evitaba lo que era evidente? Su cuerpo se ladeo hasta quedar frente al de la mujer. Sus ojos oscuros como el mas pulido azabachje... como el mas oscuro petrolio volvieron a mirar fijamente a los ojos de la muejer.

Afuera, volvio a llover, como si fuera otro aliciente que pidiese al shinobi quedarse con la mujer. Al poco tiempo empezo a tronar. Sin duda estaba haciendo el esperado de un umano no de un shinobi como el que era el. Asi que deberia hacer? El no lo sabia, pero sdebia buscar otra salida. Sin duad huir no podia ser una de ellas.

La mujer pronuncio unas palabras, sin embarog esas no llegaron a la mente del uchiha, solo pudo ver una reaccion de ella. Quizas era frustacion? habia echo el lo que ella espraba?

Si quiera penso, us cuerpo se movio sin que el lo pidiera, actuo sin que su cabeze pensase. En un abrir y cerrar de ojos, apenas perceptible por un humano, el shinobi se habia colocado delante la muejr. La habia levantado tras cojerle las manos en su postura y la habia abrazado.

La habia abrazado... sin duda ella rehuyria de su contacto fisico. Que estaba haciendo? que hacia? acaso se habia vuelt0 loco? sin embargo, una voz... algo en su interior callo la parte racional de su cerebro, haciendo de sta manera que el uchiha no controlase sus movimientos con su mente, sino que respondia a estimulos simplemente.

Sus manos rodearon su cintura y la atrajo hacia el. Los ojos del chico quedaron mirando desde muy cerca a los de la mujer. Parecian despedir una especie de calidez inusual en el.

- Perdoname...

Su boca se hacerco a la de ella, estaban a apenas unos centimetros cuando el shinobi la separo... eso habia sido egoista e imropio de el. sin duda ella se enfadaria.

Oí pasos y pensé que sería Dalmar yéndose por la ventana. Suspiré y alcé la cabeza para descubrir que se había puesto enfrente de mí. Estaba a punto de decir algo cuando me cogió las manos, me levantó y me abrazó.

Estaba quieta, casi paralizada. No me esperaba que él hiciera eso, pensé que se iría... Ahora me sentía de una manera diferente, estaba... contenta? Mi cara no reflejabaemoción alguna, excepto la sorpresa o la confusión, quizá.

Vi sus dudas, él seguía dudando. Pero pareció que dejaba de guiarse por sus pensamientos. Ahora sus ojos reflejaban otro sentimiento que no lograba identificar, pero que había visto en alguna parte.

-Perdóname- dijo él.

Me rodeó la intura y me estrechó contra él. Estaba más confundida que antes, nunca me habían abrazado así. Era algo que desconocía por completo. Sus ojos reflejaban algo, un brillo... cálido? Tenía un efecto casi hipnótico sobre mis sentidos.

Sus ojos estaban cerca de los míos, sus labios cada vez más cerca... senía su respiración entremezclándose con la mía...

Se apartó, mirándome con arrepentimiento quizá? Pero... por qué? Me di cuenta de que no quería que se separara más de mí, quería seguir así. Respondí al abrazo, rodeando su torso con mis brazos y acercándome más. Lentamente, cerré los ojos y posé mis labios en los suyos. Un fugaz beso que apenas duró un segundo. No sabía cómo reaccionaría él. Me apartaría? Se iría?

"Por lo menos lo intenté", pensé.

Contra todo pronostioco, la mujer le paso los brazos por detras del shinobi abrazandolo. Luego, sus bocas se volvieron a hacercarse y los labios de la mujer se pusieron sobre los suyos en un fugaz beso. Que significaba eso? ... era señal de que la mujer le queria a su lado?

El uchiha, estaba nuevemente en estado de shock. Su cerebro parecia haber sufrido una paralisis total, dejando sus sentimientos expuestos. NADA lo habia preparado para eso... la via ninja... rota, el codigo ninja... quebrantado ... Era eso por lo que el habia sufrido y matado tanta gente?

- ajajjajjajajajajajajaj

- de que ries?!

- nada...

- Sabias que eso pasaria?

- probablemente... jajja

- Que debo hacer

- Uchiha... la suerte esta echada... solo falta ver si sucumbes o si eso te vuelve aun mas fuerte y renaces con un odio aun mas poderoso.

Tras eso, el demonio se fue... dejando al uchiha medio vacio. Este miro fijamente a la mujer quizas con una mezcla de incertidumbre y extrañez. Sin embargo, sus sentimientos respecto a esa mujer no eran del todo claros, solo sabia que no la podia perder... habia perdido demasiadas cosas en su vida.

Sus labios volvieron a hacercarse, no obstante, no llegaron a juntarse, sus ojos seguian perdidos en la immensidad dorada que eran los de la mujer.

- eso fue...

Apenas fue un murmuro... la voz fira pero con sentimiento calido, a decir verdad, el uchiha apenas sabia que decir, solo tenia la impresion que tenia que decir algo. El vacio originado por la partida del demonio seguia latente y hacia sentir raro al uchiha, como si a la vez se hubiese quitado una carga de encima pero a la vez notaba que le faltaba algo.

No se apartó, pese a mis temores. Pareció dejarlo clavado en el sitio, como en estado de shock. Se encontraba bien? Parecía tener una especie de conflicto interno.

Levanté con cuidado una mano y la posé en su mejilla. Podría él sentir algo por mí? Aún no sabía por qué le había besado... sería que yo sentía algo por él?

Lo miré a los ojos. Estábamos tan cerca que casi podía ver claramente dentro de su alma. Él no comprendía, o más bien parecía no querer entenderlo. Tenía algo dentro que lo hería, lo mataba por dentro. Parecía guiarse por ello. Era ese brillo que hubiera visto alguna vez en sus ojos, cuando me miraba con odio. Pero ya no me miraba así, era diferente.

Se volvió a acercar a mí. No me rechazaba.

-Eso fue...- alcanzó a murmurar.

De repente sus ojos cambiaron. Esa tercera presencia pareció desaparecer. Parecía aliviado y a la vez... vacío?

Deshacerse de su odio parecía afectarle. Se había acostumbrado demasiado a él. Qué podía hacer yo? Quería, deseaba... no. Necesitaba ayudarle. No podía permitir que sufriera de esa manera si podía evitarlo.

Qué era ese sentimiento? Había experimentado algo parecido, pero nunca había necesitado tanto ayudar a alguien.

Lo abracé más fuerte, rozando mis labios con los suyos sin llegar a besarlo, preguntándome qué haría él

Aquella reaccion, le puso la mano en la mejilla y le abrazo aun mas haciendo que sus labios se volvieran a rozar. Que significaba aquello?

No lo sabia, solo... solo que ahora se sentia rodeado por una extraña calidez que hizo que la torrencial lluvia del exterior no generase frio en absoluto. Lentamente, el uchiha alzo sus manos para acariciar las mejillas de la joven y el pelo de esta.

Tan suave... Era aquello por lo que ahora viviria? Por un momento penso que asi era, sin embargo. Habia algo, quizas en su interior que le hacia dudar. El queria ser fuerte, cierto... pero acaso sus experiencias le habian demostrado que el odio superaba con creces el poder del amor? O era quizas solo el talento inigualable del joven shinobi?

Aquella mujer... solo sabia que no la queria apartar de su lado, que seria como perderla. La veia tan fragil que parecia que si una gota de lluvia llegara a rozarla, esta de romperia en mil pedazos.

Sus manos bajaron y volvieron a estrechar la mujer hacia el haciendo que su cuerpo se comprimiese contra el del uchiha. Este podia notar la respiracion de Morgana. Era eso lo que el queria? Sus ojos volvieron a crucarse, esta vez las pupilas del uchiha estaban rojas, denotando el mangekyou sharingan en sus ojos.

- La lluvia no volvera a molestarte jamas

Aunque esa tercera presencia pareciera desaparecer, él aún seguía con sus dudas. Se pensaba mucho las cosas, buscaba una explicación... siempre tenía que estar 100% seguro de algo.

Levantó las manos y me acarició las mejillas, me pasó la mano por el cabello... Sus manos eran tan cálidas contra el frío de mi piel. Era eso lo que llamaban ternura?

Ya no tenía frío.

Sus ojos dieron la impresión de cambiar. Ahora podría ser que estaba seguro de algo? Las dudas habían desaparecido en su mayoría. Qué era esa especie de mirada protectora?

Sus brazos volvieron a rodear mi cintura, acercándome más a él, como si tuviera miedo de soltarme. Su mirada pasó a ser de determinación. Sus ojos, de pronto, cambiaron y mostraron las pupilas rojas de curiosos dibujos de antes, aquellos ojos que antes me parecían aterradores, pero ahora, sin embargo, ya no me lo parecían.

A lo mejor se debería a que ya no me miraba con odio. No, no me odiaba... Me apreciaba?

-La lluvia no volverá a molestarte jamás- dijo él.

Su tono, aunque sonase algo frío, trasmitía determinación y seguridad. Me sentí mejor, mucho mejor que hacía mucho tiempo.

Porque ahora lo comprendía. Por fin lo entendía. O al menos, en parte.

-Qué es este sentimiento?- murmuré.

Quizá lo preguntaba porque no estaba segura de lo que significaba.

Antes de que él respondiera, sonó el timbre de la puerta en el piso de abajo.

"Que es este sentimiento" ... recordo esas mismas palabras, sin embargo no recordo el momento, solo fueron como un eco pidiendole a su cabeza que razonara.

El timbre sono y con eso el uchiha solto a la mujer de repente. Que podia ser aquello? Su cuerpo empezo a mostrar signos de excitacion, su corazon empezo a bombear mas deprisa, rememorando a los viejos momentos de batalla. Siquiera penso en quien podia ser, solo sabia o que era una simple visita o era algo malo.

Sus sentimientos desaparecieron o quizas fueron simplemente desplazados por la distraccion que suponia tal evento. Su mente se alegro por ello haciendose visible en una sonrisa que hizo curvar la comisura de sus labios. Se olvido de la pregunta, se olvido de todo cuanto habia pasado, para centrarse en la tasca del momento. Su mente tenia una distribucion perfecta de cada parte de la casa pudiendo asi adaptarse a qualquier situacion.

- Vamos

Sin esperar siquiera una respuesta bajo a la planta baja y a varios metros de la puerta, su cuerpo se detubo, esperando a que la mujer abriese la puerta y que lo que fuera que habia detras de ella se diera a conocer. Aun sonreia cuando un kunai aparecio en su mano.

La repentina interrupción me sobresaltó, no esperaba que viniera nadie. Vaya, sólo dos personas de esta ciudad sabían dónde vivía. Dalmar me soltó y su cuerpo se tensó, como si estuviera alerta. Algo malo pasaba? No tenía los sentidos desarrollados para saberlo.

Asentí cuando él dijo que fuéramos y bajé las escaleras tras él. Se detuvo ante la puerta. Yo me adelanté y miré por la mirilla, pero no había nadie. Aquello me extrañó bastante. Con lentitud, abrí la puerta, la cual chirrió al girar sobre los goznes, y miré al exterior.

Nadie.

Me giré y miré a Dalmar, sin comprender. Volví a mirar fuera y vi algo en el suelo. Me acerqué, me puse en cuclillas y lo recogí. Eran dos objetos.

Un girasol algo marchito con la mitad de los pétalos arrancados. Tuve un mal presentimiento. Me puse en pie, sin dejar de mirar la flor. Era una noche tormentosa, como esta.

Abrió la puerta para encontrarse con un hombre en estado de embriaguez. Llevaba un girasol con la mitad de los pétalos arrancados.

Andrew van der Weyden.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Miré el otro objeto, era una hoja de papel pergamino mal doblada. La desplegué; tenía algo escrito con una caligrafía cursiva, escrita con pluma estilográfica. Una caligrafía de estilo antiguo que sólo podía provenir de mi ciudad de procedencia; un pueblo escondido del mundo en el que siempre era el siglo XVIII.

"Te encontré", decía la nota.

Mis ojos pasaron a reflejar un terror absoluto; sin poder controlarlo, mis manos aferraron el papel como si de garras se tratasen, mientras todo mi cuerpo empezaba a temblar casi imperceptiblemente.

No hacia falta ser un genio para ver que algo le pasaba a Morgana, entonces el uchiha tomo una decision. Siquiera habia pensado mucho, el plan se habia trazado en su mente en apenas unos segundos.

La mujer se encontraba como en estado de shock, agarrando un papel como si de su vida se tratase. El chico fue y tomo a Morgana fuertamente mientras cerraba la puerta de un golpe. Acto seguido y en apenas en un intervalo de unos segundos, ambos se encontraban de nuevo en la habitacion de la chica.

La dejo suavemente a la cama y fue a cerrar la ventana. Los sentidos del chico se agudizaron pudiendo notar asi cualquier ruido del piso inferior, ademas la puerta de la habitacion se encontraba cerrada.

Su cabeza se encontraba ordenada y lista para trazar acciones de combate, apenas pensaba en sus actos, sino que se movia por instinto. Hizo lo mismo cuando fue donde habia dejado a Morgana y la cogio suavemente por los hombros poniendo la cabeza de ella en su pecho y acto seguido empezo a balancearla lentamente.

- Nos enfrentaremos a lo que sea juntos

Su cabeza descendio un poco y oloro el aroma del cabello de la mujer mientras seguia atento. A pesar de todo, el shinobi mantenia su media sonrisa de confianza en su rostro.

"Me encontró", pensaba. Ese pensamiento no dejaba de repetirse una y otra vez en mi mente. "Cómo ha podido encontrarme? Es imposible..."

Hacía mucho tiempo que no tenía tanto miedo. Por qué? Ya no tenía miedo a morir.

A todo esto, cuando miré alrededor descubrí que estaba en mi cuarto, sobre mi cama. Había sido todo un sueño? No... Las sábanas seguían manchadas de sangre.

Y Dalmar estaba a mi lado. Me abrazó, acunándome, y yo escondí el rostro en su pecho. Por qué tenía tanto miedo? Por qué había perdido yo el control? Nunca lo perdía. Yo no era así. Y no podía recuperar la compostura.

-Nos enfrentaremos a lo que sea juntos- dijo él.

Parecía tan sereno y seguro de sí mismo... Algo, no sabía qué era, hizo que me tranquilizara poco a poco. Al menos ya no temblaba.

Sentí que apoyaba su rostro en mi cabeza y noté su respiración. Nunca me había imaginado lo reconfortante que era el contacto físico, un simple abrazo.

Enfrentarnos juntos? Mi intención no era enfrentarme a nada. Sólo había llegado a esta ciudad por escapar de algo, no sabía de qué. Sólo sabía que tenía que esconderme, evitar que me encontraran. Había viajado a un país lejano.

-No puedo- respondí entonces- No puedo enfrentarme a ello. Quería huir y olvidarlo todo, pero me persiguió y me encontró. Yo...

No pude continuar por la bola de nieve de mi garganta. Me acurruqué más junto a él, no sabía qué podía decir.

Al cabo de un rato se tranquilizo. El shinobi no se procupaba por lo que quisiese que fuese la presencia ajena, tanto la puerta como la ventana se encontraban cerradas y el uchiha notaria si alguien o algo irrumpia en la habitacion.

La mujer seguia acurrucada en su abrazo y parecia tranquilizarse... para acto seguido hablarle y volverse acurrucar en su pecho con un nudo en la garganta o eso parecia.

Lentamente, el shinobi cogio con delicadeza la cabeza de la mujer y la miro a los ojos con los suyos. La sonrisa se habia borrado de su cara y ahora habia una expresion seria en ella.

- Asi... si te encontro, nos quedaremos y lucharemos... haremos retroceder el pasado hasta la infinidad del olvido... juntos

Sus ojos rojos no reflejaban nada, solo los echos que acababa de decir, estaba mas seguro de si mismo ahora que en toda su vida ninja.

Sus ojos no reflejaban ninguna duda, sólo una seguridad extraordinaria. Ésa confianza estaba contagiándome, pero no estaba segura del todo.

-No soy tan fuerte...- susurré.

No quería involucrar a Dalmar, no se lo merecía. Acaso había llegado ya la hora de enfrentarme a mis temores? O la hora de partir? Podría volver a huír, a lo mejor esta vez no me encontrarían. Pero deseché ese pensamiento... No me sentía capaz de alejarme del joven que estaba a mi lado.

Quizá había, simplemente, llegado mi hora de morir. Sí, debía ser eso... A lo mejor esta vez podría descansar en paz y respirar con tranquilidad. Claro, el equilibrio del universo... Tanta gente había muerto, por mi culpa... Estaba segura de que, estuvieran donde estuvieran, me odiarían. El fantasma de Lawrence me lo demostraba.

"Nunca te abandonaré"

Esa había sido su promesa...

En este momento deseaba que se fuera para siempre. Aún sentía su presencia; nunca me abandonaría.

Entonces caí en lo que Dalmar dijo. Olvidarlo todo... Juntos.

Tan abstraída estaba en mis propios problemas que no me di cuenta de ello. También debía ayudarlo a él. Él me ayuda a mí, yo a él...

Tanta seguridad y confianza era visible en sus ojos rojos... En ese momento no dudé de él. Podríamos superar juntos nuestro pasado. Terminé de tranquilizarme. Ya no tenía miedo. Mientras estuviera a su lado, ya no estaría asustada.

-Sí- respondí entonces.

Mi voz sonó calmada y serena. Por fin había recuperado la compostura. Incluso me permití que una ligera sonrisa aflorara en mis labios.

-Gracias por todo- le dije.

Esas palabras escondían en ellas muchísimos sentimientos. Alcé una mano y acaricié con cuidado su rostro, sus mejillas, su mandíbula, los contornos de sus labios serios. Tan sereno...

Parecio dudar, al principio seguia dudano y luego lentamente adopto una determinacion. Quizas fuera por las palabras del shinobi, esto, no lo podia saber. Tambien, le dio las gracias.... El uchiha no le dio importancia a este echo, dado la carga emocional que llebaba la mujer. Era comprensible que dado lo sucedido sumado a la fatiga acomulada no estubiera en sus cabales.

Tras eso, le empezo a acariciar todo su vello facial y la musculatura del shinobi fue, lentamente relajandose. La lluvia seguia asediando la casa, ahora caia en forma de granizo haciendose notar por todo el edificio. Las nubes negras como el carbon tapaban la luna, haciendo que todo fuese oscuro.

Sin embargo, una sonrisa aparecio en el rostro del uchiha una vez mas. Ahora si estaba seguro de que tendria accion, quizas al final de todo si que estaba preparado. Quizas toda su vida le habia preparado por eso, si fuera asi, el shinobi empezaba a comprender... O eso creia el.

Se mantenia impasible, con una inexpresividad que todo jugador de pocker envidiaria. Cogio lentamente con sus manos las de Morgana y las beso suavemente, apenas rozando sus labios con su piel. Tras eso, se levanto y le indico a la mujer que se levantara.

- Dudaras aunque no debas hacerlo, flaquearas aunque no debas flaquear. Sufriras las reacciones normales de un humano, pero... no dejes que el miedo te domine. No te bloquees, toma una decision y siguela aunque sea incorrecta.

Su cara puso una mueca durante un segundo, acto seguido la tomo por la cintura y la hacerco hacia el. Sus labios se hacercaron, pero la boca del shinobi paso de largo y se fue a poner cerca de la mujer.

- La apatia es la muerte, no mueras

Tras eso y aun con las sonrisa en la cara y con una seguridad palpable en el mismo, el uchiha la solto y cogio un kunai, haciendolo rodar como si fuera un molinillo. No estaba preocupado por la mujer, en la mente del shinobi no cabia espacio por la victoria o el fracaso. Solo por uno y esta vez, estaba convencido que seria lo primero.

Parecía estudiar todos mis cambios de expresión. Me puso cara de incredulidad al darle yo las gracias. Suponía que nadie le solía dar las gracias. Y luego sonrió, pero no porque algo le divirtiera, era una sonrisa de confianza. En qué, no lo podía saber.

Se levantó y me besó muy suavemente las manos. Yo también me levanté, y me rodeo la cintura para hablarme.

Qué querrían decir esas palabras? Era evidente que se trataba de consejos, pero podrían ser consejos para... la guerra? Para seguir a tu destino, para sobrevivir? Eso me decían sus ojos y su voz, aunque pareciera inepresivo.

-La apatía es la muerte, no mueras- dijo él entonces.

La apatía es la muerte... La apatía es la muerte...

Extraño consejo.

"No mueras"

Ahora que lo pensaba, nadie me había pedido nunca que siguiera viva. Acaso quería estarlo? Quizá ya todo me daba igual...

-Extraño- dije, con un asomo de sonrisa- Antes, en el salón, fui yo la que te dijo que no murieses... Qué es lo que nos puede mantener en el mundo de los vivos? Qué nos retiene aquí?

El viento aullante estrellaba las pequeñas bolas de granizo contra la fachada de la casa, como si la ametrellase.

No entendio las palabras de la mujer, siquiera les presto atencion a decir verdad. El shinobi estaba... feliz? ocupado? en fin, se sentia mejor al tener un objetivo que cumplir. De este modo no deberia pensar y se mantendria con faena. El siempre cumplia las misiones con exito, no fracasaria, nunca lo hacia.

El viento seguia en su poderio y el granizo seguia impactando en la casa. El cuerpo del shinobi se relajo un poco y se separo de la mujer lanzando una furtiba mirada por la ventana. Aun habia un interrogante... no eran dos. A que se enfrentarian y cuando lo harian. Deseaba con vehemencia que fuera pronto, de igual manera que no temia enfrentarse a diez o a cien enemigos, el resultado seria siempre el mismo.

Se recosto en una esquina de la habitacion mientras jugaba con un kunai, su mangekyou sharingan eterno brillaba en sus ojos en busca de sangre. Solo se podia apreciar la figura del sello en su piel, haciendo de esto una buena señal.

- Nos encuentran o los encontramos, pronto este lugar dejara de ser una ventaja por nosotros

Asi era, el pensamiento habia pasado rapido como un disparo por su cabeza. El piso de abajo seria destrozado aun mas y se empezaria a inundar a causa de la lluvia torrencial. Un segundo pensamiento paso por su cabeza, asi podre usar mi estilo suiton... Pero lo desecho rapidamente dado que lo destrozaria todo y la mujer podria llegar a ser herida en el proceso.

Observé callada cómo se alejaba y miraba por la ventana. Parecía que estaba planeando algo, no podía saber el qué. Acaso pensaba que nos atacarían?

Yo no pensaba así. Conocía a Andrew y sabía que no se acercaría a mí si estaba con Dalmar. Sólo cuando yo estuviera sola. Lo prefería así, no deseaba involucrar al joven.

Suspiré.

Él se recostó en una esquina y habló, pero no presté mucha atención a sus palabras, mas entendí el sentido. Yo no sabía de lucha ni de cómo actúan los enemigos, no le entendía.

Me acerqué a la ventana y miré al exterior. Las bolas de granizo se estrellaban contra el cristal a centímetros de mi rostro. Una barrera transparente ante la lluvia de hielo. No veía nada por la calle, los arbustos del jardín se movían ante la presión del viento y la lluvia, y algún gato callejero cruzaba corriendo la calle buscando refugio.

Miré a Dalmar, a sus ojos. Tan rojos... Parecía que brillaban en la oscuridad. Mi vista se clavó en el extraño símbolo de su cuello, ese que parecía causarle tanto dolor e inestabilidad.

Ahora que lo pensaba, nunca había pensado cómo comportarme con precaución para intentar evitar que me hirieran. Pensaba que me daría igual morir, pero... Por qué no intentarlo?

-Dalmar- lo llamé, acercándome a él y deteniéndome a un metro- Debo pedirte un favor.

Qué estaba haciendo? "No seas una molestia, siempre lo has sido, mantente al margen...". Ignoré esos pensamientos y hablé.

-Podrías... enseñarme a luchar? Aunque sea para defenderme.

Entrenamiento? Eso queria la mujer? Podia solucionarse sin duda, pero el shinobi aun no entendida el porque de su decision. Aunque su cabeza tampoco le dio mucha importancia, quizas fuera porque un sentimiento se habia instaurado en su interior como dandole alas a continuar viviendo. Volvio a mostrar su sonrisa antes de hablar.

- Como gustes, ven pues

El uchiha se incorporo y tras abrir la ventana cruzo de un salto el espacio entre la casa y el exterior, cayendo sin mucha dificultad enmedio del barro y de la tempestad. El granizo seguia cayendo con fuerza y el viento agitaba el lugar. Se espero a que la mujer llegara a la par que clavaba el kunai en la pared de la casa. Cuando esta llego, el uchiha se encontraba ya empapado de agua. Bien penso, con el barro y el agua, seria dificil moverse y el cuerpo de la mujer estaria mas pesado. Asi mismo, seria mas facil desequilibrarse y caerse por lo que tendria que usar el 100% de sus sentidos para realizar sus tareas con exito. Ademas, habia clavado algunos kunais en el suelo de modo ke si los pisaba se iba a perforar el pie y en la pared de la casa para que no se pudiera apoyar.

- Empezemos, empieza a correr por el lugar vigila que hay kunais en el suelo asi como en la paredde la casa, debes mantenerte en pie sin dañarte durante media hora. A una buena velocidad o te atacare

Aceptó sin poner una pega. Quizá pensaba que se burlaría de mí, ya que jamás había luchado y parecería frágil y débil. Salió por la ventana y yo bajé por las escaleras. Apenas me sorprendí al ver por la puerta de la sala la destrucción de la estancia, ahora no pensaba en eso.

En el vestíbulo, en un pequeño armario, estaba mi ropa de equitación. Sin quitarme el vestido, me puse unas mallas de algodón bajo él y mis botas marrones. Salí al jardín y lo vi ahí, en medio. Un trueno iluminó momentáneamente el lugar, y pude ver algunos de esos cuchillos que él usaba clavados en el jardín y la hierba.

Avancé hasta él, agachándome en el camino para arrancar una de las dagas del suelo. Mientras él daba las instrucciones, con la daga me rasgué el vestido a la altura de las caderas; no me sería fácil correr con la falda.

-A una buena velocidad o te atacaré- finalizó él.

Asentí con la cabeza, no parecía difícil, tenía buena resistencia. Cuando vivía en mi ciudad natal, muchas veces me escapaba sola al monte a caminar o a correr. Una vez se me escapó el gato, y lo tuve que perseguir corriendo monte arriba hasta atraparlo; unos cuarenta y cinco minutos sin perder el aliento.

No perdí tiempo al recordar eso, pues ya había empezado a correr. Mi vista no era mala y veía esas dagas a las que llamaba kunais en el suelo; al estar acostumbrada a leer partituras musicales, con todos los símbolos, puntos, ínfimos detalles, mi vista estaba agudizada, y la precisión y seguridad de tocar un instrumento musical había pasado a mis pies mientras se posaban en el suelo a cada paso, esquivando los kunais.

Al parecer no era tan mala como el habia pensado. Sus ojos, habian seguido cada uno de sus movimientos, eran mejorables. Aunque no se necesitaba un sharngan para apreciar esto; un jonnin o incluso un chinnin podria haberlo visto.

El viento habia cesado y la lluvia se habia convertido en una fina cortina que mojaba a ambos como si fueran plantas. La luz del sol mañanal empezaba a mostrrasrse iluminando el lugar y crando junto a la lluvia un arcoiris. La media hora habia pasado, no, mas de una hora habia transcurrido.

Su sonrisa no s movio de la faz de su cara, auqneu esa y su cuerpo continuaban sindo mojados por la lluvia. Deberia empezar a entrenarla en taijutsu o alguna cosa, el caso era que el nnca habia estado profesor de la academia ninja, asi que no sabia que hacer...

- Ven

Cuando hubo obedecido, el shinobi le indico como tenia que golpear. Cerrando el puño o golpeando en linia recta sin desviar la trayectoria de su mano o brazo. Tras eso, cojio una piedra y le indico que apretara el puño con la piedra enmedio.

- eso es, para que no te rompas los nudillos

Tras decir eso, el uchiga se giro y lanzo un puñetazo hacia un arbol cercano a la mujer, derribandolo. Su mente, al fin parecia curada o al menos livre de dudas. Sabia lo que hacer y lo que temer asimismo como lo que n o temer.

Cuando terminé de correr, sólo estaba un poco cansada. Me indicó que fuera donde él, y me acerqué.

No era difícil aprender lo que me indicó, dar puñetados rectos. Lo observé mientras me daba las explicaciones, y acto seguido me pasó una piedra. Para que no me rompiera los nudillos.

Entonces se giró y derribó un árbol de un golpe. Me sobresalté ante el impacto, no me lo esperaba. Cada vez me daba más cuenta de lo extraordinariamente fuerte que era Dalmar, no parecía real. Podía ser que Andrew no tuviera posibilidad alguna contra él, pero no estaba segura de que Dalmar estuviera a mi lado para entonces o dispuesto a ayudarme. Además, no me gustaba nada involucar o molestar a alguien con mis problemas.

El árbol salpicó un poco de barro al caer. Yo no sabía qué hacer, estaba ahí de pie con una piedra en la mano, empapada y dudosa.

No se habia movido la mujer, quizas impresionada por su fuerza, quizas porque se lo habia repensado todo. Maldita sea penso el uchiha. Debere darle un empujoncito.

El shinobi se giro y se hacerco con dos pasos a la mujer. Su cuerpo se arqueo hacia atras lentamente, muy lentamente para que incluso Morgana pudiera ver como el uchiha se preparaba para hacer algo. Consecutivamente, su brazo tambien se arqueo hacia atras para luego realizar un puñetazo a una velocidad sorprendete a la que muy pocos habrian podido reaccionar. Cotando las gotas de agua que caian, su puño fue en linia recta pasando justo por el pomulo de Morgana sin ocasionarle daño, pero si pudo notar la mujer cortarse el aire a su lado.

- Espavila

Acto seguido, se situo detras de ella, cogiendole las manos por detras como si estubiera enseñando a usar un tenedor a un niño pequeño. Le movio el cuerpo encarandolo a un arbol y luego cogiendo el puño cerrado de morgana, con su mano tapando asi con la palma de la mano del shinobi el puño de Morgana. Propino un puñetazo al arbol, huendiendo el puño varios centimetros dentro el tronco y montones de astillas saltaron por el impacto.

Eventualmente, el shinobi se aparto y su sonrisa desaparecio, sus ojos seguian opacos tras el rojizo sharingan y el lugar estaba mas lleno de barro que nunca.

- Atacame, YA!

Mis pupilas se encogieron al sentir el roce en mi mejilla a la vez que mi corazón daba un vuelco. No me lo había esperado. Viendo la fuerza de su puñetazo de antes, el que me había rozado podría haberme matado. Además de fuerza, tenía precisión.

-Espabila- dijo.

Sacudí la cabeza. Siempre me quedaba en las nubes. Apenas me dio tiempo a reaccionar cuando se puso tras de mí y me cogió las manos para enseñarme. Cuando estrelló el puño contra un árbol, quizá temí al dolor, pero el dolor no llegó. Sería ese joven de piedra?

De súbito, se separó y dejó de sonreír.

-Atácame, YA!

No me lo esperaba, no me esperaba nada de todo esto. Atacar a alguien... a él?

Cerré el puño como me había enseñado.

No me gustaban las peleas, nunca me habían gustado, pero tenía que aprender a protegerme.

Eché el brazo hacia atrás para coger impulso y lo lancé hacia delante, en línea recta hacia su rostro. Mi brazo no tembló, pese a que no quería dañarle. Pero, pensando con lógica... acaso conseguiría yo hacerle daño alguno? No debería tener nada que temer.