En las termas con Lavi

Aquello a poco se ponía cada vez más y más interesante, auqnue tenía la impresión de que con el bofetón de Lenalee la diversión acabaría allí. Los exorcistas me ognorarian en aquel momento y se marcharían. Y eso sí que no lo pensaba permitir. Me levanté y Lero me miró, interrogante. Yo empezé a soltar una pequeña risita, que acabó convirtíendose en un montón de estruendosas carcajadas.

-Eso ha estado genial, exorcistas... Dejadme que ahora ponga yo la diversión...

Alcé un brazo lentamente... muy lentamente, mientras mi piel cambiaba de color a un gris cenizo y las cruces aparecían en mi frente. Cuendo alcé el brazó, lo bajé muy rápidamente, mientrs que una onda aparecía y rasgaba la realidad circundante y los enviaba nada menos que a mi dimensión. Cogí a Lero y me coloqué encima de él, sentándome a una distancia prudencial de los dos exorcistas...

-Que empieze la diversión... Si lográis entretenerme un buen rato, os dejaré salir.-como aquella era mi dimensión, recuperé mi ropa en un abrir y cerrar de ojos-Y no me intentéis hacer daño... os estaré vigilando...

Desaparecí en la oscuridad, dejándolos a los dos allí mismo. Pero yo observaba... desde un cuerpo que no era el mío habitual.

OFF: ale, comeos el marron solitos xDDDD

De repente el ambiente que había en las termas desapareció junto con su calor, conviritendose en frío. Alcé la vista y observé a mi alrededor. Aquel lugar...

Mierda, sabía que no podía confiar en ella... ¡JODER! - grité dando un puletazo al suelo.

Me levanté y fui hacia Lenalee, que estaba solo con la toalla y sus anillas. Aquello me enfureció aún más.

¿Esto es lo que querías, Noah? Tal vez debí matarte en las termas cuando tuve opción. Pero ahora...

Menos mal que fui a por el martillo, sino estaríamos perdidos... Miré de nuevo a mi alrededor. Allí no había nadie, nada. La chaqueta me la había dejado en los vestuarios, por lo que me estaba congelando al llevar solo los pantalones. Y no podía llegar a imaginar el frío que tendría Lenalee. Me agaché yla abracé para darla algo de calor, aunque eso fuera un poco inútil.

Tranquila Lenalee, te sacaré de aqui. No sé cómo pero te sacaré...

Pensé millones de opciones, pero era imposible escapar de aquel lugar. Hasta que tuve una idea. No era la más convincente, pero podría salvar a Lenalee.

¡Road! Dime lo que quieres y lo haré. Al menos deja que Lenalee se vaya... No me obligues suplicartelo.

Jijiji... Se notaba la desesperación en la voz de aquellas dos personas. No necesitaba ningún akuma para hacer que un exorcista se meara en los pantalones, como mínimo. Cuando escuché al joven Bookman interceder por la vida de la joven estuve tentada de echarme a reír, pero respeté un poquitín la integridad del pelirrojo. De todos modos me interesaba resolver un asunto antes.

Hice aparecer una figura de mí misma surgiendo del suelo que, depronto se había convertido en un suelo de azulejos blancos y negros, como en un tablero de ajedrez. Me aparecí ante Lenalee y el muñeco imperfecto sonrió ligeramente por mí.

-Ne~ No te preocupes, exorcista, por tu uniforme... Puedo arreglarte con algo más bello... y además hacerte recordar un poco...-el muñeco alzó una mano y con la manga tocó ligeramente a Lenalee.

Lenalee, de pronto, ya no tenía la toalla. Más bien sí que la tenía, pero les hize ver, por medio de una ilusión de mi dimensión, que Lenalee estaba vestida con aquel vestido de color vino que llevó la vez que estuvo en aquel lugar. Después el muñeco se desintegró, y la habitación se templó un poco. Apareció una habitación acogedora, con un fuego crepitante en una chimenea. La habitación solamente tenía dos cosas: Una mecedora con un libro abierto encima y un espejo en la pared. Una imagen de mí misma se reflejó en él.

-Ne, ne... Hace poco leí un libro... Era interesante... Se llamaba... Cómo era...-hice como que recordaba-¡Ah, sí! Alicia en el País de las Maravillas. Me gustó mucho... Pero me gustaría ver cómo actúa alguien normal ante eso...

La imagen se borró del espejo y en la habitación apareció una mesa con dos botellas y una pequeñísima puerta. De las botellas colgaba una etiqueta que rezaba: "Bébeme".

OFF: Esto se va a poner interesante xD Ni lo habia planeado, fijate.

Vi a la exorcista bastante confiada, y al otro, muchisimo menos. sopesé mis posibilidades. El joven Bookman tenía pinta de saber cómo iba aquel libro, y por tanto, iba a ser muy fácil para él escapar, y por eso no podía aceptar aquello. Iba a ser aburrido con aquellas condiciones. Pero decidí hacer un ligero cambio que seguramente podría aceptar el Bookman. Mi imagen reapareció en el espejo con un vestido diferente.

-Sin salirme de la historia, aplicaré una sencilla regla de la continuación del libro... "Alicia a través del espejo". Todo lo que exista más allá de esa puerta, será al contrario. El resto sera... igual... No me saldré de la historia, eso es seguro.-desaparecí de nuevo del espejo-Por cierto, si no aceptáis esa condición, por mí os podéis quedar atrapados, jijiji. De todos modos, seguro que tampoco os importa si hago los personajes como me los imagino... jijiji~

Dejé que hicieran lo propio sin abrir la boca ni una sola vez. Quería ver cómo se iban a desenvolver aquellos dos en mi pequeño rincón de juegos...

Mi cuerpo se hizo mucho más pequeño y lavi fue hacia el libro y habló con Road, al parecer el ya se conocía la historia, algo que me alivió bastante. Miré a mi alrededor y al fondo había una pequeña puerta asique fui corriendo hacia allá.

-¡Lavi! ¿Qué debo hacer? ¿Me meto? Road volvió a aparecer para comentar algo sobre lo que pasaría a través de esta puerta, al parecer debía cruzarla.

Lavi no me escuchaba debido a mi pequeño tamaño asique abrí la puerta y pasé a través de ella. Cuando llegué al otro lado algo me impidió volver a donde estaba, pues parecía que era una puerta solo de entrada.

-... supongo que Lavi hará lo mismo.

Miré a mi alrededor y las cosas ya me parecieron de mi tamaño, quizá porque también son pequeñas. Habia multitud de globos y cosas de colores y parecía el inicio de un laberinto.

-...esperaré, no quiero perderme antes de tiempo. Me senté en el suelo observando el vistoso decorado, atenta a lo que pudiese pasar.

Estuve tentada de saltar una carcajada, pero me aguanté. Aquello iba a ser bastante interesante. Tenía reservada una sorpresita a aquellos dos en cuanto cruzaran la puerta... o quizás antes. Surgí detrás de los dos exorcistas cuando éstos se dieran la mano y acaricié los hombros desnudos de Lavi con una sonrisa diabólica.

-Os recomiendo que penséis mucho las cosas antes de tomar decisiones... jujuju

Tras decir aquello, desaparecí como el humo, pero dejé una camisa al joven Bookamn como me "sugirió". Y, tras aquello, justo antes de que cruzaran aquella puerta, comenzó mi pequeño teatro. Unos pasos rítmicos y una respiración jadeante se escucharon por detrás de aquellos dos.

-¡¡Llego tarde!!¡¡Llego tarde!!¡¡Llego tarde!!¡¡Llego tarde!!-gritó una voz conocida para los tres que éramos espectadores.

Con una sonrisa en los labios, vi cómo entraba en escena el conejo que sieeempre llegaba tarde... Era un conejo blanco, pero... cómo decirlo... lo había hecho especial... Tenía una marca en el ojo izquierdo de color rojo y una mano enguantada. Miraba sin cesar un reloj mientras se acercaba a la puerta pequeña, sin percatarse de la presencia de los exorcistas.

El conejo blanco pasó a su lado, y esperé la reacción cuando vieron que aquel conejo era sospechosisisimamente parecido a Allen... jijiji~

Lavi se puso a mi altura y me dió la mano. En ese momento no pude evitar observar su escasa vestimenta, desviando la mirada hacia otro lado. Por suerte apareció Road detrás de él para advertirnos y dejarle una camiseta. Mientras Lavi se disponía a ponersela apareció un conejo de lo más peculiar. Era blanco con un ojo bastante extraño en rojo y un brazo distinto del otro. Me quedé mirandolo atentamente pero parecía que no nos había visto.

-¡¡A-allen!! grité, pero el conejo siguió su camino cruzando por la puerta haciendo caso omiso a mi llamada, pues parecía que tenía prisa.

-¡Lavi, es Allen-kun! dije mirando a Lavi. La verdad es que no sabía si alegrarme o no, pues no me había leido aquel cuento. Cogí del brazo a Lavi, que ya se había puesto la camiseta y seguí al conejo.

-¡¡Allen espera!!!

Lenalee me tiró del brazo para perseguir a aquel conejo con forma de Allen.

¡Lenalee! Recuerda que Allen no está aqui... Lo dejamos en la orden. En este lugar solo estamos tu y yo.

La agarré fuertemente del brazo y la detuve. Luego tiré de ella para adentrarnos detenidamente en aquel lugar. Parecía ser un jardín enorme, de altos cipreses, además de haber rosas de color rojo y negro por todas partes. El conejo continuaba corriendo delante nuestra hasta llegar a un alto pedestal. Examiné todo lo que me rodeaba, de momento no parecía disipar nada extraño.

Vamos Lenalee. dije adentrándome en el jardín. Ten cuidado no te separes.

En cualquier momento podía aparecer Road con alguno de sus jueguecitos...

Sonreí cuando vi lo que se avecinaba para aquellos dos. Iba a ser algo muy interesante; no cabía duda. Lero estaba a mi lado, fuera de mi dimensión, sind ecir ni pío. Me concentré un poco y di forma a la siguiente habitación: un enorme jardín de setos altos y rosas rojas y negras, aunque solamente en apariencia. Un montón de naipes con brazos se apresuraban en pintar los rosales a toda pastilla, y quejándose todo el rato de una "Reina de Corazones". Las caras eran bastante peculiares, ya que se asemejaban todas,s in excepción, a los científicos que la Orden Oscura tenía a su disposición.

De pronto, unas trompetas sonaron y los naipes parecieron volverse locos, pintando rosas a toda velocidad para que nadie viera que eran blancas. De pronto, se acercó un cortejo, y alguien gritaba sin cesar:

-¡¡Que les corten la cabeza a todos!! ¡¡Sin excepción!!

Había aparecido en escena alguien bastante peculiar. Estaba enfundado en ropas de color balnco, negro y rojo y parecía estar a punto de estallar. Uno de los naipes pintores se dio cuenta de la presencia de los dos exorcistas y dejó el cubo y el pincel que tenía en las manos de Lenalee para salvar el pellejo y acto seguido se escabulló.

La Reina de Corazones, se fue acercando poco a poco a los dos jóvenes, hasta que éstos pudieron reconocer la cara de Komui en él. Éste miró a través de sus gafas muy detenidamente a los dos chicos hasta que señaló a Lavi y gritó con una voz estridente:

-¡¡A éste también que le corten la cabeza!!

Una horda de naipes salió en tromba hac ia los dos exorcistas para cumplir con la sentencia que su Reina les había encomendado. Me colé dentro del espectáculo como una rosa pintada para poderlo ver en primera persona.

Aparecimos en otro lugar, parecía un gran jardin de setos y rosales, pero con unos extraños individuos. El conejo desapareció de la vista, cosa que me puso bastante triste pero se me medio pasó en cuanto Lavi me dijo que no podía ser él.

Seguimos caminando y me acerqué a una rosa negra.
-oye... creo que estas rosas son extrañas... De repente una gota de pintura calló al suelo y me asusté dando pasos hacia atrás, pues parecían derretirse.

Unas enormes cartas de naipes se acercaban hacia nosotros, no pude evitar abrazarme a Lavi.
-Dime que son tan grandes porque nosotros somos pequeños... por favor...

De repente vi como en cada una de las cartas había una cara de los científicos de la Orden, y parecían perocupados pintando las rosas, entonces entendí porqué la rosa era negra.

Corrí hacia ellos y les grité.

-¡¡Ey chicos!! soy Lenalee, ¿que os ha pasado? dije entre feliz y preocupada. De repente una voz conocida empezó a dar gritos y uno de los cinetíficos me dio el pincel con la pintura. La acepté, pues quizá asi podria ayudarles.

-¿Ni-san? ladeé la cabeza hacia un lado. De repente la frase de ''que le corten la cabeza'' me aterró.
-¡¡Ni-sannnnn!!! solté el pincel y la pintura al mismo tiempo que me agarraba fuertemente al brazo de Lavi y nos rodeaban los naipes

No, ¡Lenalee no! grité cuando vi que se escabullía hacia los naipes.

Esto pinta muuuy mal...

Lenalee, te he dicho que soloe stamos tu y yo. Toda gente que conozcamos van a ser ilusiones. Es lo que Road quiere hacernos ver, ¿entendido?

De repente la carne se me puso de gallina... Aquella voz, aquella voz... Me giré y me quedé congelado. ¿Por que tenía la fea costumbre aparecer inesperadamente atterrandome de aquella manera?

¿Ko-komui? Ahhhhhhh ¡¡ Por qué siempre a mí!!

Corrí como un loco por todas partes, y me di cuenta de una cosa...

Espera, no eres mas que una ilusión... Jejeje. Creí por un momento que eras tú de verdad.

Me acerqué a él y comencé a incarle el dedo índice por el brazo, la tripa... Me subí a sus espaldas y comencé a estirarle de os mofletes.

Jajajajajaaj Sé que no eres tú! Tan solo eres una ilusión!!

Al ver que la piel no se le quitaba me estremecí y bajé cuidadosamtne de él. Luego me tiré a sus piernas mientras le hacía reverencias.

Gomeen Gomeeen, no me corteis la cabeza por favooor a mi no!! Ha sido Lenalee!! Ha sido Lenaleeeeeeee!!

jajaja...genial lenalee