Un bar antiguo

Llegamos a una plaza adoquinada,se respiraba un aire caliente, el ruído de la ciudad era notable por doquier.
Había mucha gente en aquella plaza, y no todos parecían humanos, aquella ciudad era diferente a las demás .Podía llegar a entender que hubiese vampiros y dioses a las afueras, en los bosques, pero paseando por medio de la ciudad...
Me fijé en una mujer que llevaba una sillita de bebés, parecía extraña, miró por un momento hacia nosotras y solo tenia un ojo,había un niño muy pequeño vendiendo frutas en una esquina y también había personas relajadas con prisas y de todos los tamaños.

Todavía sorprendida llegamos a una ,especie de puerta bastante grande en la que ponía:

Café,bar,restaurante el paso

Abrí la puerta y la mantuve abierta para que ella pasara.Nos hallábamos dentro de una especie de corredor la estancia estaba amoquetada y era todo color dorado y rojo, el techo estaba cubierto de cuidadosos detalles dorados y con una lámpara araña de finos cristales.

Un hombre que vestía elegante con un smokin color granate con los bordes de color negro a juego con sus pantalones y corbata.
El hombre nos abrió una puerta de cristal adornada también con motivos dorados, y llegamos a una estancia enorme.

Spoiler:

Me quedé sorprendida en aquel lugar la gente vestía muy elegante, tenían un gran ambiente se respiraba un aroma bastante contaminado por el alcohol y por el humo del tabaco,y la atmosfera a su vez era contagiada por fuertes risas, carcajadas bastante audibles, conversaciones y de fondo sonaba en un tocadiscos una composición de jazz.


De pronto la gente más cercanaa nosotras se os quedó mirando y empezaron a cuchichear decían y se preguntaban quien éramos.
En mi opinión desentonábamos en aquel lugar.

Busqué la barra y la encontré anuestra izquierda pensé en que habría que hablar primero con el hombre que estaba mirándonos a un costado nuestro vestido como el anterior que nos había abierto la puerta.
Supuse que sería un empleado, un acomodador concretamente, me mantuve ala espera de que Morgana hablara con él a ella se le daba mejor eso de hablar.

Mientras me entretuve mirando una placa dorada con el nombre del lugar en cursiva y debajo su nombre con letras más pequeñas.
Parecía llamarse: " J.L Johann"
El nombre no decía nada de él pero su nariz aguileñay su cara de superioridad dejaban mucho que desear.

Tenía una voz fina y algo aguda, cuando dijo:

-Les puedo ayudar en algo?

Observé el ambiente de mi alrededor. El aire olía a tabaco, que no era de mi gusto precisamente, pero nos convenía a ambas. Me acerqué a la barra con Perséfone y miré al camarero, que tenía una fachada de superioridad aparente, pero no era así en realidad; se le veía en los ojos. Se me quedó mirando y apartó rápidamente la vista, como era costumbre en los demás.

-Muy buenas tardes- saludé educadamente- Quisiéramos tomar algo...- miré alrededor y vi un tipo en una esquina de la barra, tomando un líquido rojo en una copa- Un té para mí, y para mi compañera... si no es molestia...

El otro comprendió a lo que me refería y asintió rápidamente con la cabeza.

-En seguida, señoritas. Tomen asiento, les serviré yo mismo.

Asentí con la cabeza con una leve sonrisa cordial.

-Muchas gracias, caballero.

Escogimos una mesa y nos sentamos, a la espera de nuestras respectivas bebidas, mientras a nuestro alrededor la gente nos miraba inquisidoramente.

En aquel lugar parecían que todos eran de clase alta, mientras esperaba a que llegaran las bebidas, aunque no sabía bien que era lo que Morgana le había dicho al camarero, me quité la chaqueta roja que llevaba y la deje en la silla. Al ver esto, vino rápidamente el señor que estaba en la puerta y que nos habia acomodado y dijo:

-Si la señorita me permite, llevaré gustosamente su chaqueta al ropero.

Dejé que se la llevara aunque no me hacía mucha gracia, el hombre movió su nariz aguileña al ver mi chaqueta, parecía no gustarle.
Y cuando la tenía la dejó colgando de su brazo y se quedó allí mas tieso que un palo.

*Qué coño hace...porque no se va*

Me di la vuelta y miré de nuevo a Morgana.En esemomento el hombre se fue con mi chaqueta soltando un bufido.

En aquel lugar era realmente más fácil hablar con ella, el olor me seguía azotando,pero no era tan fuerte como en la playa, ya que venía mezclado con tabaco, alcohol y sudor...Y...

*QUÉ ES ESO?!*

Un potente olor a sangre fresca me desgarró las fosas nasales, mis ojos se pusieron de un rojo fuego y mis puipilas se volvieron muy pequeñas.
De pronto llegó el camarero y dejó las bebidas en la mesa.
Miré mi copa con curiosidad y efectivamente, mis sentidos no habían fallado era sangre, tenía mucha sed.
Cogí la copa con ansia y la bebí de un trago.
Mis ojos volvieron a la normalidad y dejé la copa sobre la mesa.

-Lo siento desde que llegué he comido muy poco.