Restaurante "Tiger Sushi Uptown"

Tras una larga mañana de visitar tiendas y más tiendas por gran parte del centro comercial, era hora de tomarse un descanso y comer un poco. El lugar elegido por Deidara entre los muchos restaurantes que había allí fue el Tiger Sushi Uptown. Ya había ido allí a comer un par de veces antes desde que llegó a la ciudad, y le gustó mucho la receta tan sublime del camarero que trabajaba en ese restaurante. Al llegar ante la representativa fachada que reflejaba motivos japoneses, el joven se detuvo un instante para observarla, y luego continuó. Abrió la puerta con suavidad y entró, buscando con la mirada una buena mesa donde comer.

Una vez escogido un sitio libre, Deidara se desabrigó quitándose la capa y colgándola en la silla. Antes de que el camarero viniera a atenderle, ojeó el menú del día.

De repente, y antes de que pudiera terminar de leer la carta, una silueta familiar entró al restaurante, y como de costumbre, lo hizo gritando. -Tsk... no podía ser más discreto... -murmuró entre dientes antes de que Tobi se acercara hasta él.
Cuando éste se sentó en frente suya, Deidara sonrió de felicidad y dejó la carta que estaba sujetando a un lado. Por fin había encontrado a un antiguo compañero de Akatsuki. -¡Tobi! Eso mismo me llevo preguntando yo durante varios meses. ¿Sabes algo de los demás? Y tú, ¿cómo has estado, Tobi? -Aunque muchas veces detestaba el comportamiento infantil de su compañero criminal, sin duda le había echado mucho de menos, hacía bastante tiempo que no se veían.

La cara de Deidara se tornó completamente colorada de la vergüenza. Algunos comensales les miraban de reojo y en cierto forma eso incomodaba un poco al joven rubio. Justo en ese momento, el camarero se acercaba hasta la mesa para tomar apuntes.

-Buenas tardes, caballeros. ¿Qué van a tomar? -Preguntó cortésmente el camarero mientras acercaba su bolígrafo a la pequeña libretita que sujetaba con la otra mano.

Deidara miró a éste último algo nervioso pues aún no había contestado a Tobi. -Ehm... A mí me pones un plato de Bakudan, y a mi compañero otro de Sushi, por favor. -El camarero lo anotó y con un <> se retiró a atender a otros clientes.

El criminal miró de nuevo a su compañero Tobi para continuar hablando mientras preparaban la comida. -¿Entonces no has encontrado a nadie? Vaya... tendremos que buscarlos más tarde...

- Bien Akane-chan, hemos llegado... Este restauirante nunca lo había pisado, haber que comida tienen...

*Me siento en la primera mesa libre y le pido a la camarera un bollo de chocolate, una almera de chocolate, un donut y un colacao. Cuando me lo acabo lo pido otra vez.*

- La cuenta por favor.

*Pago y me voy*

- Ey Akane-chan, este sitio está muy bien, volvamos más a menudo.

*Salimos del restaurante y nos vamos a la agencia*

-Tsk... -Deidara desvió la mirada hacia un lado, con gesto de indignación, y luego volvió a mirar a su compañero. -No seas tan vago, Tobi... Además, tendremos que ir alguna de mis obras para sobrevolar la ciudad o las afueras. -Dijo con un tono algo serio. Había suficiente gente en el establecimiento como para no tener que bajar la voz cada vez que tuviera que hablar con Tobi, pues el bullicio impedía que los demás pudieran enterarse de la conversación.

Deidara volvió a indignarse por el comportamiento egoísta e infantil de su compañero, pero echó un vistazo alrededor del local sin levantarse de su sitio. -Mira, allí viene el camarero con la comida. Por cierto, ¿quieres algo de beber o para acompañar? -Le preguntó con una media sonrisa. Mientras esperaba su respuesta, el camarero dejó los platos en la mesa. -Que aproveche. -Dijo y se volvió a retirar.
El joven Akatsuki sujetó los palillos con su mano derecha y comenzó a probar su plato favorito, aunque estaba un poco caliente.

-Come más despacio, Tobi... -Acto seguido Deidara levantó su mano izquierda para llamar la atención de algún camarero, y cuando se acercó uno para atenderle, el chico rubio le pidió que trajera el jugo de mango para su compañero. El camarero se retiró y unos instantes después regresó con el jugo de mango, dejándolo al lado de Tobi. -Gracias. -Le dijo al camarero. Entonces miró de nuevo a Tobi. -Oh, no hay de qué. Tan solo... intenta no llamar tanto la atención. -Le contestó después de percatarse de que varias personas volvían a mirarle.

Deidara se puso la mano izquierda en la frente, ocultando ligeramente sus ojos por la vergüenza que estaba pasando. Cuando Tobi se sentó, el rubio continuó saboreando su Bakudan. -Decía, que a ser posible, no llames tanto la atención. Recuerda, somos criminales, no nos conviene que la gente nos reconozca mucho. -Esto último lo dijo en voz más baja, por si alguien intentaba escuchar lo que hablaban esta pareja tan pintoresca de asesinos.

El chico de cabello rubio soltó un bufido tras terminarse su plato. -Pues la verdad es que yo tampoco tengo ganas de ir tras el Kyubi. Además, yo al menos le he perdido la pista a Pain, asique hasta que no me lo vuelva a encontrar, la misión de buscar al jinchuriki queda aplazada. -Entonces pensó en qué podrían hacer ahora. Deidara llevaba toda la mañana de tiendas, asique no tenía muchas ganas de seguir viendo escaparates.

-Dime, Tobi... ¿qué tienes ganas de hacer? -Le preguntó a su compañero, pensando que así a él se le podría ocurrir alguna buena idea. Aunque conociéndolo, seguro que diría cualquier tontería.

-¡Espera! -Le dijo antes de que comenzara a contar. Volvió a suspirar mientras le daba vueltas en la cabeza a lo que había dicho Tobi. -¿Quieres que vayamos a una discoteca con éstas pintas? Llevamos una túnica que nos identifica como miembros de una organización criminal... aunque bueno, eso aquí no lo sabe nadie. -Corrigió al pensarlo dos veces.

-Bueno, está bien, haremos lo que te apetezca. Pero lo de salir a correr ni lo pienses, ya solo faltaba que nos clasificaran de ladrones... -Terminó diciendo el rubio con el ceño algo fruncido. Deidara metió entonces sus manos en los bolsillos de su pantalón y sacó el dinero suficiente para pagar ambos platos y la bebida, y lo dejó encima de la mesa.

-Vamos... -El joven sujetó con una mano a su compañero enmascarado por el brazo para acompañarlo fuera del establecimiento y con la otra mano cogió la túnica que anteriormente había dejado sobre la silla. -Tú dirás... yo no me conozco nada bien esta ciudad. -Le dijo una vez que ya estaban fuera.

espere sempai!!!!! gritaba tobi mientras corria atras de deidara, saliendo de la tienda y empesando ah caminar como un pato, sin saver el camino tobi caminaba con su sempai hacia una direcion desconocida mientras tobi cantaba Tsucurimashouuuuuuuu!! Tsucurimasouuuu! sate nai nai ye que lu cala~ cantaba tobi mientras caminaba y caminaba como un pato

Off:
creo yo el post, vale?

Off-Rol: Claro.

On-Rol:

Deidara tan solo le seguía, con la esperanza de que Tobi supiera hacia dónde iba, y pasando una vergüenza enorme cada vez que alguien los miraba a los dos.