Por variar

- A LA PRÓXIMA AVISA, ¿QUIERES MATARME?

Grité después de salir despedido por la explosión. Me levanté y me sacudí la ropa. Cogí mi Rebellion que estaba a algunos metros de mí. Miré a donde estaba el monstruo. Tan solo se veía parte de su cuerpo inmóvil. Me acerqué a Rikku.

- No te fies.. no creo que eso haya acabado con él...

Me acerqué a él.

- ¿O si..?

Le di un pequeño golpe con el pie y no se movía. Luego un poco más fuerte..no. Un poco más fuerte... nada.. Le metí un patadón que lo mandó fuera de la casa xD

- Em... creo que está muerto...

Me giré hacia Rikku.

- Y no te trato como si fueras una niña... ¿Tan difícil es de comprender que quiera protegerte?

Empecé a caminar y pasé por su lado siguiendo de largo.

Cayó con gracia al lado del cuerpo sin vida del monstruo, sacándole la lengua a dante cruzada de brazos mientras observaba la escena

*Como pueda levantarse después de mi mejor bomba... le doy un premio...* -penso con un suspiro

Al volver a centrarse Dante en ella para echarle la bronca frunció el ceño.

-¡¡Sólo me proteges cuando te da la gana!! ¡¡El resto me ignoras o te tiras a otras!!

La vena de la frente se le había inflado como nunca aunque cesó rápido ya que empezó a sentirse mal

*No debería haberlo dicho...* - pensó dándose la vuelta para no mirarle con algunás lágrimas asomando

Me paré en seco.

- ¿Es eso lo que piensas?

Murmuré con voz ronca. Mirándola de reojo.

- Me parece bien...

Empecé a caminar de nuevo.

Sus palabras la hicieron sentir un escalofrío por lo que no pudo evitar girarse con los ojos llorosos

-Y-yo...

Se había quedado bloqueada y las palabras no le salían, sin embargo al ver que se marchaba se acercó hasta él corriendo lo más rápido que podía abrazándole por la espalda

-Y...yo... no lo pienso... perdona... se me escapó... esque...

*Y encima te disculpas tú... Eres demasiado tonta...* - pensó ruborizándose completamente

Me solté de su abrazo.

- No, déjalo.. sé que soy un cabrón y sé que si lo piensas...

Dije aún dándole la espalda. Suspiré meditando lo que iba a decir.

- Siento haberte hecho sufrir tanto todo este tiempo... Pero.. ya no tendré oportunidad de volver a hacerte daño..

Seguí caminando dándole la espalda.

Le miró un instante, intentando contenerse. Apretaba los puños agarrándo su fala con fuerza hasta que terminó por empezar a llorar con fuera y tuvo que secarse la lágrimas

-¿C... cre.... Crees que así... no me haces daño?

Se llevó ambas manos a la cara ya que no quería que si por un casual, se daba la vuelta, la viera llorando así

-Por estas cosas... Son... P-por las que pienso que eres un cabrón... P-p... porque... me dejas sola... M-me siento inutil contigo

Le flaquearon las piernas haciendo que callera al suelo mientras seguía llorando

Volvi a pararme. No soportaba oirla así, me dolia... pero no iba a cambiar de opinión.

- Lo siento...

Susurré lo suficientemente bajo para que no pudiera oirlo. Me giré para verla. Estaba llorando y en el suelo... Quería correr hacia ella y abrazarla, pero busqué algo de fuerza en mi interior. Forcé una sonrisa y la miré.

- Vamos... ¿de verdad crees que un demonio se enamoraría de una chica como tú? Tan sólo eres un polvo asegurado...

"Eres un cabrón" me dije a mi mismo.. pero hacerle daño era la única manera...

- Y cuando tu no estás.. pues sí, me tiro a otras, ¿y qué? Y eso que sólo te he contado lo de Ioyono.. eres aún una niñata...

Me reí y me di la vuelta. Suspiré "Esto me está doliendo más a mí..."

Continuó llorando en silencio, ya sin cubrirse la cara. La había matado completamente, no se sentía basura, se sentía algo peor. Polvo en la inmensidad del universo, sin importancia... sin nada.

Veía las gotas caer sobre su regazo sin poder articular ningún tipo de palabra´, qué le iba a decir ¿que le odiaba? Eso habría sido fácil... pero totalmente incierto, ya que le quería mucho más de lo que le odiaba.

Tras oir lo de niñata se le dibujó una sonrisilla débil en el rostro por lo que levantó la vista para mirarle manteniéndola

-D-de verdad.... Lo siento... No debería ser tan tonta... Soy una niñata... Y... no... no he podido estar a la altura...

Se sorbió los mocos ya que notaba que iban a empezar a caer juntos a la lágrimasy volvió a bajar la mirada al suelo, ya que no podía hacer más

Sentí una puñalada al oirla.

- Cállate ya...

Dije en tono agresivo.. aunque realmente no quería oírla porque me dolia lo que decía. Caminé un poco más y me metí en otra habitación. Me apoyé en la pared y me dejé caer en el suelo. Doblé las rodillas y apoye mis manos en ellas. No podía irme de allí, tenía que saber cómo iba a reaccionar ella... si no, no podría estar tranquilo.

- ¿Por qué seré tan idiota?

Susurré mirando al techo y sentí caerme una lágrima. Me la sequé rápidamente, como para engañarme a mí mismo. "¿A quién pretendo engañar?" Me dije a mi mismo. Apoyé mi cabeza en la pared, mirando al techo y dejé que las lágrimas calleran en silencio.

Seguía llorando en silencio, más que llorar, las lágrimas se escapaban de sus ojos sin poder evitarlo. Sintiendo la fría caida en sus manos, notando el rastro que dejaban en su cara.

Cuando la mandó a callar el nudo de su estómago se estremeció, haciendola sollozar lgieramente

-Gomen... nasae - murmuró lo suficientemente algo para que la escuchara

Cuando dejó de escucharle se volvió a llevar las manos a la cara, mientras paulatinamente sus soyozos inundaban la habitación

*¿P... Por qué.... tiene que ser todo así...?*

Se dejó caer hacia un lado ya que apenas tenía fuerzas, para continuar su llanto si sentido

-Gomen... nasae

Al oír sus sollozos comenzaron a escapárseme las lágrimas con más fuerza "mírate.. llorando como una nena" me dijo una voz interior. Por primera vez había llegado a amar a alguien y no hacía más que hacerle daño..

- No quiero perderla...

Susurré. Me mordí el labio para que ella no oyera mis sollozos.. no permitiría ni un solo error en mi plan, ni un momento de flaqueza...

Lentamente parecía que sus sollozos se callaban. No emitía sonido sin embargo las lágrimas no debajan de brotar

*¿De qué sirve llorar...?*

Nada más pensar en ello le volvieron las palabras de Dante a la mente, con lo que volvió a empezar a llorar con fuerza. Se quedó boca arriba intentando vislumbrar el oscuro cielo que se veía a través del agujero de la casa con las manos en la boca para así intentar callarse

-N...nada.... sirve... - murmuró

Volvió a girarse haciéndose una bolita, no tenía fuerzas para levantarse. En ese momento simplemente se sentía vacía

Oí como se intentaba callar. Me dí con la mano en la frente.

- Eres un imbécil...

Susurré casi bebiéndome mis lágrimas. Despegué la cabeza de la pared para darme en la cabeza con ella. Me puse de pie y me sequé las lágrimas, tratando de guardar la compostura. Me apoyé en el marco de la puerta mirando a Rikku.

- Aún..

Me aclaré la voz.

- ¿Aún estás ahi?

Agaché un poco la cabeza haciendo que mi fleco tapara mis ojos llorosos.

- Vete de aquí antes de que esto se te caiga encima...

Cuando escuchó su voz e le abrieron los ojos durante un segundo estallando e lágrimas un segundo después

-S...sí... - murmuró

Cuando escuchó su orden simplemente se acurrucó más sobre sí misma mientras seguía conteniendo los sollozos

-Qué mas da... - espetó echando un vistazo al cielo por un segundo para después dejar caer la cara al suelo

*¿Qué hace aquí... ? Pensé que se había ido hacía rato...*

- He dicho que te largues de aquí..

Dije alzando un poco más la voz. No pensaba permitir que le pasase nada.
Suspiré y me acerqué un poco a ella.

- Puedes seguir quedándote en el Devil May Cry el tiempo que necesites.. pero vete ya de aquí, esto se está cayendo a cachos...

Justo en ese momento oí un crujido. Ví como un cacho de techo iba a caer sobre Rikku. Rápidamente la cogí en brazos y la aparté.

- ¡NO TE LO VUELVO A REPETIR!

Le grité cabreado dejándola de pie en el suelo.

En el momento en el que la cogió en brazos sintió que su cuerpo reaccionaba, intentó soltarse pero él ya la había dejado en el suelo. Aprovechó el momento para empujarle para después cubrirse la cara con el antebrazo. Cerró los puños con fuerza para gritarle

-¡¡Déjame en paz!! ¡¡No quiero que te compadezcas de mí!!

Las lágrimas volvieron a salirle de los ojos sin poder evitarlo por lo que se dejó caer al suelo apoyándose en la pared cubriéndose la boca con ambas manos.

Tenía la mirada perdida por lo que escasamente podía ver a Dante en ése momento

*¿P-por qué haces esto...?*

Le di un puñetazo a la pared cabreado haciendo un agujero en ella. Los nudillos me sangraban bastante pero me daba igual.

- ¡No me compadezco de ti!

Dije y le di otro puñetazo a la pared con la otra mano, quedando igual que su gemela.

- Te ordeno que te largues de aquí ahora mismo...

Dije mirando a la pared, entre dientes. ¿Me estaba desafiando o qué? ¿Realmente le importaba tan poco su vida?.. Empezaba a oir como crujían más partes de la casa.. estaba a punto de caérsenos encima

Se mantuvo callada mientras seguía llorando. No tenía realmente nada que decirle y lo poco que le podría haber dicho no le habría echo cambiar de opinión.

Bajó la cabeza mirandose los pies aturdida y murmuró en un tono casi inapreciable

-No puedes... darme órdenes...

Tras hablas encogió las piernas y se abrazó a estas para volver a empezar a llorar, ya que no podía evitarlo, al menos quería que no la viera

- JODER!!

Entonces empezaron a caer cachos más grandes. Ya era oficial: se nos iba a caer la casa encima.

- Por favor...

Susurré.

- No podría vivir con el remordimiento, vámonos de aquí...

Dije con un tono algo más calmado

Soltó una risa ahogada, pero aún así aguda y sonora

*¿No podría vivir con el remordimiento...?*

Continuó riéndose de forma algo psicópata durante unos instantes

-Siento... no poder dejarte vivir... tranquilo... - murmuró con con una sonrisa.

El brillo de sus ojos se había apagado y se había acostumbrado a casi no poder ver a causa de las lágrimas

-Una niña más... una niña menos... - murmuró dejándose caer contra la pared mirando al techo

- ¡¡NO VUELVAS A DECIR ESO!!

Me dejé caer de rodillas con las palmas de las manos apoyadas en el suelo, mientras las lágrimas rebosaban de nuevo de mis ojos. El fleco tapaba parcialmente mis ojos pero era imposible que no viera las lágrimas caer en el suelo. No podía esconderlo más. No podía seguir mintiéndole. Debería haberme ido mientras pude, pero no soportaría pensar que le podría haber pasado algo..

- No eres una niña más.. o.. una niña menos...

Le miró entornando esa fría sonrisa durante unos instantes

*¿Vas a creerle ahora...?* - murmuró una vocecita en su interior

Acercó una mano a su carra elevándola ligeramente para que la mirara, secándole las lágrimas

-No intentes... mentirme para protegerme... No es... necesario...

Tras acariciarle la mejilla volvió a inclinar la cabeza hacia atrás mirando al techo que parecía estar a punto de venirse abajo, mientras le correspondía con una sonrisa

-Vete... ¿O acaso quieres verme morir por segunda vez hoy...?

Otra puñalada se me clavó en el pecho. Le pegué un puñetazo al suelo mientras seguía derrochando lágrimas y más lágrimas.

- No hagas esto... no lo merezco.. no soy tan importante...

Dije entre sollozos.. no podía creer que fuera a dejarse morir por mí...

- Soy un cabrón.. un mierda... vete... por favor sálvate...

Dije como pude sin dejar de llorar.

Suspiró dedicándole una sonrisa sincera, de ojos apagados y llorosos

-No puedes decir... lo que eres, o dejas de ser para mí...

Le elevó la cara para que la mirara un instante

-Estás tardando en irte... Ah... - se paró un momento mientras pestañeaba dejando que las lágrimas cayeran tristemente - y deja de llorar lágrimas falsas...

Al escuchar un ruido proveniente de la habitación de al lado de levantó con dificultad dirigiéndose hacia la allá

Me quedé paralizado.. ¿lágrimas falsas?

- Nunca había derramado lágrimas más sinceras...

Me levanté tras ella y la agarré por un brazo.

- No hagas esto.. no lo hagas más difícil...

Dije sin dejar de llorar ni un segundo.

- No soy nadie por quien debas estar así..

La abracé por la espalda.

- Por favor.. sal de aquí antes de que esto se te caiga encima, pequeña... por favor...

Dije mientras dejaba que las lágrimas calleran sin parar.