Curando un corazón roto

Sobrevoló la ciudad con Shizu en brazos. Ésta se hayaba acurrucada, abrazándola ligeramente mientras lloraba por todos los sentimientos.

Nefhis suspiró agobiada, extrañamente, su hermana le había empezado a hacer agobiar desde que tenía sentimientos, para bien o para mal, ya que al menos, ahora sentía algo.

La aferró más hacia sí a la vez que se posaba en la playa con cuidado. Acercándose al agua para lavarle la cara intentándo que se calmase.

-Shizu-chan... Tienes que curarte ya... - gimoteó - No puedo tener a una hermana tan debilucha... - dijo con una sonrisa forzada, intentándo animarla.

Se acurrucó sobre sí misma sintiendo el calor de su hermana. Había empezado a sentir frío a causa de tantas lágrimas... Se sentía impotente, débil y medio muerta.

Su parte humana había decido abrir su jaula de cristal para acompañar a su parte demoníaca a llorar. Ésta, no lloraba por Kazu, sino por la angustia de haber estado a punto de perderse a sí misma.

Cuando quiso darse cuenta su cara empezaba a mojarse de agua salada y fría. Realmente fría a causa del invierno.

-M-me ahogas... Nefhis... - musitó con todo el pelo en la cara

Al darse cuenta de la escena sonrió débilmente. Caminó algunos pasos hacia la arena y se echó hacia atrás mirando al precioso cielo azul

-¿P-por qué me ayudaste...? - murmuró

Al ver que se reía observó la situación. Parecía un gato después de un día de lluvia eterno refunfuñando y triste a causa del agua.

Acompañó las risas de su hermana con las suyas y se acercó a su hermana, tirándose sobre ella para así estar medio abrazándola. Al escuchar su pregunta de quedó pensando. Realmente no estaba del todo segura, quizás por aburrimiento, quizás porque de verdad quería a su hermana...

Se pudo totalmente roja ¿Había pensado ella eso? Estaba cambiando, o la estaban cambiando...

-Simplemente quise hacerlo... - dijo con una sonrisa jugueteando con su pelo - Después de todo eres mi hermana... - rió

Ladeó la cabeza mirando a su hermana, se había sonrojado... Elevó las manos para abrazarla con cariño. No se esperaba sus palabras...

-Has cambiado... - admitió con una risilla - Hace algunos años, habrías matado a Kazu y a mi después de él

Rió ante su confesión pero la abrazó con más fuerza. Se levantó dejando a ambas sentadas y la miró a los ojos.

-Nefhis... Quería pedirte una cosa más... - dijo con un suspiro

Se quedó callada un momento ya que no quería decirlo así, realmente se había vuelto débil, y no tenía intención de seguir por ese camino

Infló las mejillas ruborizándose más.

-¡B-bueno! ¿Y qué si he cambiado?... Dicen que la edad da sabiduría... De todos modos... Supongo que me he aburrido de matar gente

Sacó la lengua con indiferencia antes de notar que su hermana apretaba el abrazo. Se lo devolvió complacida hasta que se vio mirándola a los ojos.

-¿Qué es lo que quieres...? - preguntó curiosa

Bajó la mirada avergonzada, no podía creer lo que iba a decir.

-Junta mi alma de nuevo... - murmuró

Alzó la vista para encontrarse de nuevo con la de su hermana. La miraba con curiosidad, por lo que en cierto modo se sintió un experimento.

No le llegó a importar del todo... y por ello simplemente devolvió la vista abajo

-No quiero perder más de mí misma...

Se le abrió un poco la boca por asombro. Aún así sonrió de forma psicópata.

Juntó su frente con la de su hermana para encontrarse con ambas mitades. La humana seguía llorando algo más calmada, mientras que la otra estaba desquiciada.

Al separarse manteniendo la sonrisa la miró con complicidad asintiendo.

Se levantó colocándo su mano derecha sobre su cabeza.

-Todo volverá a estar como antes... - murmuró.

Dejó su cabeza y extendió sus alas para abandonar el lugar no sin ants decir

-¡Me debes una!

Dejó que su hermana investigara lo que quisiera, sería una mala idea negarse, ya que no conseguiría lo que quería.

Cuando apareció en su mente sus dos mitades la miraron expectantes durante un segundo. Entonces colocó la mano sobre su cabeza. Cerró los ojos derramando una lágrima justo antes de caer hacia atrás.

Levantó la mano para despedirse de su hermana mientras miraba el cielo. No escuchaba voces, no más de las que quería escuchar. Tenía todo desordenado, sentía todo a la vez y no sabía que hacer, pero se encontraba tranquila

*Gracias...*
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Se había quedado dormida. Algo embobada consiguió ponerse en pie y salir de la playa.