El bosque perfecto.

Llegué al bosque y observé lentamente todo lo que me rodeaba.

¡Es magnifico! pensé. Los árboles de este lugar son inmensos, me vendrán genial para entrenar, aparte no hace mucho sol gracias a la intensa vegetación.

Respiré hondo, observé mi alrededor y comencé a trepar en los árboles, saltando ágilmente de rama en rama, con la velocidad de un felino.

Parece que después de todo este tiempo, no he perdido agilidad, pensé alegrado. Pero necesito ser aún más rápido si quiero estar al nivel de la gente que vive por esta zona.

Continué con la práctica unos minutos más, la velocidad con la que podía realizar las acrobacias entre los árboles era increíble. Ahora no me hacía falta mirar las ramas a las que iva a saltar, es como si en mi cabeza tuviera un mapa de la zona bién detallado.

Finalmente aterrizé agotado en el fresco cesped del bosque y permanecí ahi tumbado.

-Esto es agotador... -pronuncié en voz alta.

Esperaré a ver si alguien viene por aquí, aunque el bosque en esta zona es muy solitario...

Al ver que no aparecía nadie abandoné el bosque. Al levantarme del suelo me sentí totalmente recuperado.

Mañana volveré a entrenar más duro aún, pensé.