Resguardándose del frío [2/2]

Recobré la consciencia. Me costaba recordar qué había ocurrido antes de perder la consciencia. Cuando logré que mi cerebro hilase las imágenes sueltas que rondaban en él, abrí los ojos.

A mí lado seguía el extraño joven de pelo blanco, y yo me hallaba tumbada en el sillón de un lugar desconocido. Me incorporé no sin cierta dificultad.
-Uhnn... ¿dónde estamos?-musité.

Traté de componer una sonrisa convincente.
-Sí... sí... Estoy bien. Aunque... debería tomar algo dulce. Verás, tengo la tensión baja, y los cambios bruscos de temperatura entre otras cosas hacen que me desmaye...-me volví a tumbar, sintiendo que la cabeza se me iba de nuevo.-Perdona, no quiero ser una molestia... ¿podrías pedir algo de chocolate, por favor?

Odiaba esos desmayos espontáneos que me sucedían de cuando en cuando. Me hacía sentir débil, dependiente. Hice lo que pude por mantenerme consciente a la espera del dulce.

Negué lentamente, intentando incorporarme sola. Yo sola me bastaba... ¿verdad? El brazo me tembló y volví a tumbarme sobre el sofá, maldiciendo mi debilidad.
-Vale... sí necesito ayuda...-gruñí.

-Gracias-dije secamente, enfadada conmigo misma por no ser lo suficientemente fuerte. Dí un sorbo al chocolate, que me sentó realmente bien.
-No te preocupes... Todos fallamos alguna vez- eso me solía decir mi hermano. Porque sabía lo mal que llevaba el fracaso.

Sonreí.
-No te preocupes, repito. Ha sido un chapuzón sin importancia...-me fijé en que parecía incómodo. Miraba alrededor como si algo no le gustase.-¿Ocurre algo?-pregunté.

Dí otro sorbo al chocolate con tranquilidad.
-Parece mucho más de lo que es, en serio...-le miré largamente. Era perfectamente lógico que se sintiese así. Yo también sabía lo que era sentirte completamente fuera de lugar... como si ese no fuese el mundo que te pertenecía.-Te acostumbrarás. Todos nos acostumbramos...

Apuré el chocolate en silencio, meditando. Había mucha gente extraña en esa ciudad... Tal vez todos compartíamos que éramos gente rara. Hasta el momento, no había encontrado dos personas parecidas en la ciudad. Claro que podían ser meras coincidencias...
-Gracias por traerme y por el chocolate-dije, dejando la taza vacía en la mesa.-Ya me siento mucho mejor...

- No hay de que, es lo menos que podía hacer- pone el dinero sobre la mesa- ¿Ya se siente mejor?


Pjoff: Bueno, me tengo que ir ya. Hasta mañana, o hasta cuando volvamos a coincidir ^^

Asentí, sonriendo levemente. Aunque no me hacía gracia sentirme tan débil, se había comportado como todo un caballero, y eso era admirable. Le devolví su prenda azul, acomodándome en el sofá.
-Lamento haber sido una molestia...-suspiré.

[Off: Okie ^^ ¡Hasta mañana!]

Sonreí
-Creo que deberíamos dejar esta ronda de disculpas, ha quedado claro que todos lo sentimos mucho...-mi tripa rugió, quejándose de que llevaba tiempo sin comer.-Oye... ¿te apetece que comamos algo?

Me puse un mechón detrás de la oreja, frunciendo el ceño y mirando hacia el suelo.
-No hace falta que invites...- ante su pregunta, no supe que decir.-Bueno, no conozco la ciudad, y tú tampoco... ¿te sientes aventurero?

Me levanté del sillón y me acerqué a la puerta, esperando a que me siguiese.

[Off: Abro nuevo post en el Centro Comercial en cuanto postees :3]

Se levanta, y sigue a la joven, situandose a su lado.



Pjoff: Está bien ^^