Hogar... (¿?) [Shizu, Lucy, Kazu]

Abrió un portal desde el infierno. Había cumplido la mayoría de edad en su mundo y ya podría utilizar sus poderes en lo que era "el mundo humano". Decía esas palabras en su cabeza con una ligera sonrisa. Aún no sabía lo que era un humano, ni su forma, ni cómo pensaban... Pero sí sabía cuales eran sus poderes... Y además... lo que podía hacer sobre ellos...

Atravesó el portal de un salto callendo en un lugar de suelo regular. Éso la sorprendió. Había luz, se escuchaban sonidos que no era capaz de reconocer y sobretodo, podía ver seres nunca vistos

-Así que... Ésto es el mundo humano... - susurró con una sonrisilla.

Se acercó a un hombre que caminaba por la calle, no poseía cola, ni cuernos... y mucho menos alas. Sonrió al ver cómo el hombre se sonrojaba

-Así que... tú eres un humano... - dijo acariciándole el rostro

-Un hugb... - el hombre no podía articular palabra

-Bueno... Supongo que tendrás un hogar ¿no? - dijo con un toque sensual en su voz

-C-claro...

-Entonces... ¿Puedo vivir contigo no?

Se le iluminaron los ojos en un tono rojizo mientras le observaba, el hombre le tendió la mano depositando una llave.

-Vivo en ésa casa... - señaló el hombre

-Estupendo... Entonces me voy...

Se dio la vuelta con las llaves en la mano y una sonrisa de triunfo en el rostro. Iba a ser una experiencia interesante

Iba felizmente por la calle cuando

*Bum*

No había visto lo que se la había venido encima. Aún así al notar que había un chico justo delante de ella lo miró de forma sensual acariciandole la cara

-No te preocupes

Vió que la observaba por lo que estiró un brazo haciendo que una bola de oscuridad la recorriera, haciendo desaparecer sus alas y su cola, pero no sus cuernos.

Esperó a que el chico se quitase de encima para reincorporarse

Se ayudó de su mano para levantarse y tras sacudirse un poco la falta lo volvió a mirar

-Sí... acabo de llegar - dijo con una sonrisilla.

Se acercó un paso más a él para volver a tocar su rostro, era la primera vez que tocaba a un humano y el tacto en comparación con un demonio, era muy diferente

-Yo soy Shizu - dijo con una sonrisa torcida -. ¿Y tú? ¿Hace mucho que vives por aquí?

Se dio la vuelta pensativa

-¿Vives lejos?

Observaba la casa que había acabado de apropiarse. No sabía quien vivía dentro, aunque realmente no le importaba, aquel hombre sólo parecía idiota y no iba a servirle de compañía.

Se giró mirando a la casa que se había acabado de agenciar

-Vine sin nada... Para ser exactos... no sé ni siquiera qué se usa aquí como signo de valor... Áún así... - señaló la casa - acabo de conseguir ésa casa.

Hurgó en su bolsillo y sacó las llaves

-¿Quieres vivir conmigo? - dijo con una sonrisilla

Sonrió ante su afirmativa y se acercó a la casa con un rápido movimiento. Observó el llavero y escogiendo una llave abrió la puerta.

La casa era bastante pequeña, aunque estaba limpia y eso se agradecía. Observó las diferentes habitaciones, una cocina, un baño, un salón diminuto y una habitación.

Entró sin pensarselo dos veces

-Sólo hay una cama de matrimonio... ¿Te importa si dormimos juntos? - dijo mientras hurgaba en los cajones en busca de ropa cómoda

Se dio la vuelta y empezó a desvestirse quedándo con una camisa enorme y su ropa interior.

-Cómo veas... Pero ése sofá parece que tiene más de 50 años... No creo que sea cómodo...

Se arrastró por la cama y con un tirón hizo volar la sábana metiéndose dentro y haciéndose una bolita

*Las camas humanas son geniales...*

Al poco rato se quedó dormida

Se desperezó ligeramente, estaba enredada en la cama, con la camisa cubriéndo su pecho nada más. Se estiró observándo la habitación, iluminada se veía mejor lo cutre que era.

Se revolvió el pelo dando un salto para bajar de la cama y dirigiéndose a la cocina. Husmeó en la nevera y tras no encontrar nada se vistió y se aproximó a la puerta para salir. Sim embargo algo hizo que sonriera ligeramente.

-Hola - le dijo al hombre que había en las escaleras con una bolsa de la compra -. ¿Es para mí? Que amable...

No dejó articular palabra al hombre porque cogió la bolsa y se acercó a su cara, haciendo que sus ojos se volvieran rojos

-Ne~ No hace falta que vuelvas... cuando deje tu casa pondré las llaves sobre el felpudo...

Se acercó para rozar su cara con los labios y entró de nuevo en casa.

Llevó la bolsa a la cocina y empezó a revolver su contenido encontrando algo...

-¡Verde! - exclamó contenta -. Esto debe ser musgo...

Sacó la lechuga de la bolsa y cogió algunas hojas para examinarlas con una ámplia sonrisa. Tras desayunar, salió por la puerta

Llegó a casa haciendo desaparecer sus alas. Entró cerrando la puerta y se metió en la cama rápidamente. Se quedó dormida en un instante, había sido un día agotador

Abrió un ojo. Veía borroso y estaba todo oscuro. Se frotó la cara con las manos y observó la escena. Estaba tapada con la sábana, las cotinas estaban echadas... y olía diferente.

Se estiró de forma torpe y dió un salto para bajar de la cama. Siguió el olor, le resultaba familiar pero aún así no atinaba con quien podría ser.

Llegó hasta el salón encontrándose con Kazu en el sofá. Sonrió de forma cariñosa sentándose a su lado. No le había visto desde hacía dos días...

*Kawaii* - pensó acariciándole el cabello y la cara.

Después se relajó y se metió en la cocina, cogió una tostada y tras ponerse las botas salió de ña casa sin hacer ruido.

Llegó a casa velozmente. Abrió la puerta y entró quitándose las botas por el camino.

*Qué día tan extraño...*

Se puso una camiseta del armario y se metió en la cama

*¿Volverá Kazu a dormir...?* - sonrió al recordar su expresión.

-Tan delicado... -finalmente se durmió

Se estiró de forma vaga y se deslizó hasta salir de la cama. Le encantaba dormir... Aunque realmente no le hacía falta... Las camas humanas le encantaban. Se giró para volver a mirarla.

Dev-dev ápareció y empezó a revolotear al rededor de su cara

-Shizu-sam ¿Qué haremos hoy? - repetía en tono eufórico

Con un gesto de desgana se puso los zapatos y salió de casa

Llegó a casa con vuelo lento, plegó sus alas ligeramente y entró en casa. Se tumbó en el sofá y se echó a ver la tele esperando que volviera Kazu, después de todo sabía que no estaba en casa...